01 enero 2014









VERDIALES EN MÁLAGA EN NAVIDADES 
01.01.2014








En estas fiestas navideñas, el veintiocho de Diciembre la religión católica celebra el día de los Santos Inocentes que fueron los niños que nacieron en los días cercanos a cuando nació Jesús y que fueron sacrificados por la autoridad de Herodes para así intentar eliminar al futuro rey de Judea. Por ello, según dicen, María y José huyeron y se escondieron de la búsqueda de Herodes del que se suponía “rey de los Judíos”.
       Cuando yo era crío, en mi tierra, era casi obligatorio dar inocentadas que era, por ejemplo, decir una cosa improbable para creérsela y cuando se creía te gritaban “inocente, inocente”. En los periódicos ponían noticias falsas al respecto y era un día de bromas, manchas en los pantalones porque te sentabas en un banco sucio o chicle en la suela de los zapatos que se pegaban al andar y dar un paso desequilibrado y convertirse en un bobo…un inocente.
       Ya en Málaga, en aquellos años de mil novecientos y tantos, estaba la costumbre de los inocentes distinto a mi tierra. Se gastaban las mismas bromas que allí, se publicaban en los diarios informaciones no veraces igual que allí, era normal poner en entredicho la seriedad y la burla en las conversaciones pero en Málaga había una cosa extrañísima metido en los barrios y en los pueblos de aquí: los tontos. Así se les decía a quienes se vestían de un rito lejano y enormemente antiguo con espejitos en los sombreros, cantando con guitarras y violines y con un canto que era un piropo y un elogio al desafino musical mas ancestral. Eran los verdiales. Y le llamaban tontos como despreciando su verdadero encanto musical y su visión de la música y las letras de este rincón malagueño en una "tierra de moros cristianizados a la fuerza" por los conquistadores de la cruz y las monsergas. 
            Yo ya aquello  lo conocía, allá por 1970, en uno de los viajes a esta ciudad en un congreso medico que los organizadores, con mucho tino, llevaron una panda de verdiales para amenizar dicho evento. Fue en un lugar de “Cerrado de Calderón” que entonces, en aquel tiempo, era campo , campo y unos chalet con unas residencias y demás. Allí fue la primera vez que los escuché cara a cara y de frente a los verdiales.
           Posteriormente, dos o tres años después, hice un viaje a Grecia y el barco medianamente  grande que me llevaba atracó en una isla que no recuerdo su nombre, no había ni coches, para dormir en un hotel pequeño maravilloso. Y después de comer una maravillosa cena con el sonido magnífico de música griega, me acosté en aquel minúsculo hotel griego de aquella minúscula isla. A la mañana siguiente nada mas llegar la alborada escuché, entre sueños, el mismo maravilloso retintín musical de desafino de aquella noche malagueña en aquel restaurante de “Cerrado de Calderón”. Me levanté a escucharlos y bajé a verlos de cerca. Eran, prácticamente iguales, a los que vi en Málaga en aquel restaurante del Congreso de Medicina en El “Cerrado de Calderón”. Cantaban con el mismo desafino… pero en griego, los mismos espejos en sus sombreros, las mismas cintas coloreadas en sus gorros, las mismas bandurrias desafinadas y el mismo canto en el mayor de los desafinos. Desafinos…pero en Griego.
           Desde entonces me hice un fervoroso aficionado a los verdiales y desde que empecé a vivir en Málaga en 1977, no me pierdo un 28 de Febrero en el campo, en la “Venta del túnel”, en Almojía, en el “Puerto de la Torre” y en cualquier sitio donde se celebre el 28 de Diciembre.
             La corporación municipal de color rojo socialista  presidida por Pedro Aparicio le dio a los verdiales su intento de organización. Organización pero no sumisión del folclore a la política. La verdad sea dicha que nunca el grupo municipal socialista quiso controlar a los verdiales. Eso es así de claro. Los mantuvo y los potenció pero sin darle ningún matiz de “godismo cristiano” a una celebración totalmente laica y sin ningún componente de olor a incienso ni de mayoría.
                    El pasado veintiocho fui al nuevo enclave municipal. Lo celebraron en el recinto ferial. En el teatro municipal del recinto ferial. Una auténtica vergüenza torera.
 El cristiano alcalde de Málaga con toda su corte de concejales cristianos organizaron un evento con muchas sillas donde la gente de los pueblos de los montes asisten, se sientan en unas sillas de madera incómodas en filas, comen un arroz municipal infumable y aplauden a una fiesta organizada e institucionalizada por el poder cristiano de la mayoría municipal derechona de Málaga. Ese es, ni mas ni menos, que así.
                         El PP se agarra a la mentira y a la farsa de los verdiales que sus antepasados, repugnantes ladrones burgueses malagueños lanzaron a los montes de Málaga a los que vivían por estos pagos, despidiéndolos de las ricas vegas y los ricos prados de esta provincia a los rocosos montes hace generaciones y más generaciones, después de robarles todo, robarles por la fuerza y la violencia todo…y ahora, también le roban los verdiales-.
                Fuera del espacio concursal barato que organizó el Ayuntamiento, las pandas cantaban y mas cantaban, cuando les dejaba una repugnante sonatina de un finorris que llamaba al concurso.
            ¡!!Que ganas tengo de ver otro color diferente en mi Ayuntamiento, que no me quite las realidades de los nuestros e imponga, a la fuerza, las cosas como nunca fueron y que estos mandamases actuales recibieron, por los suyos, como una historia muy diferente de cómo fueron las cosas!!!


Pedro Villagrán

01.01,14

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