Los ingenieros
de caminos, canales y puertos, los bomberos y los notarios se encuentran firmes
y serenos sin atender absurdas
provocaciones.
Eso está muy
bien, srs. del PP. Yo les puedo decir, igualmente que he hablado el otro día
con un médico y con un informático y también se encontraban serenos y firmes
ante las absurdas provocaciones. He de apostillarle que se encontraban, eso si,
bastante cabreados por los recortes y por la actitud del Gobierno con respecto
a la crisis que no cesa y cada vez se hace mas profunda. También se encontraban
inquietos por la ausencia de esperanzas a la salida de la crisis económica,
contrariamente a lo que decía el PP hace un año prometiendo que solo su
presencia iba a solucionar todo. Pudiera ser, Sr. Ministro de Defensa, que eso
de las incongruencias y las falsas promesas, al igual que los incumplimientos
electorales provoquen en todos los colectivos del estado desazones, malestares,
melancolías y angustias contra sus políticas pero he de comunicarle que se
encuentran firmes y serenos a pesar de las claras y absurdas provocaciones suyas.
La derecha
siempre ha contado con los militares para mantener sus estructuras ideológicas
en plena ebullición. Eso de la defensa de la Patria, la tutela constitucional (en los casos en
que le interesa) y el orden (tan importante en la derecha) se lo atribuyen al
Ejército como si ellos tuviesen la llave del arca de las esencias de la defensa
patria. Y como siempre la derecha se ha aprovechado ideológicamente de todos
los golpes militares sufridos durante nuestra larga historia, se encuentra en
disposición de hablar de los mismos y de sus provocaciones como algo suyo. Por
eso habla de los golpes y de “la ausencia de serenidad de los militares” como una cosa de la que siente como propia. Y
sabe de lo que habla.
Yo me alegro sobremanera,
Sr. Ministro de Defensa, que los militares se encuentren serenos y firmes ante
tantas absurdas provocaciones. ¡No faltaría más! Lo que habría que especificar
sería cuales son las provocaciones. Son acaso la retirada de la paga de
Navidad, o quizás los recortes en el presupuesto, o que se haya decidido salir
de Afganistán con lo que allí se ganaba… Porque yo no veo ni entiendo otras
razones diferentes para la inquietud diferente de los maestros, los profesores
de Universidad, los Médicos o los Notarios.
Lo que a usted
le pasa, Sr. Ministro, es que quiere quedar bien con las estructuras castrenses
tan laureadas, tan recompensadas y agasajadas por los gobiernos del PP. Y para ello saca de la caja de Pandora los
demonios de siempre de los golpismos decimonónicos y del pasado siglo para
arengar a la tropa en su “claro servicio a España, al Rey, manteniendo la
serenidad y la firmeza”.
El problema
verdaderamente está, Sr. Ministro, en que muchos de nosotros hemos hecho la
mili, muchos de nosotros como oficiales, y sabemos y entendemos verdaderamente
ese lenguaje extraño y doble de la
Patria, la defensa de la misma, la seguridad, la Nación, El Estado, la Política, lo
constitucional, el respeto, la obediencia, la lealtad etc. etc. etc
Y como sabemos
de sobra lo que significan esos conceptos en sus propios alrededores, pues por eso , simplemente, nos sonreímos
maléficamente cuando en su discursos habla usted de lo que habla sin tan
siquiera sonrojarse ni un ápice.
Pedro Villagrán
07.01.13
No hay comentarios:
Publicar un comentario