A nadie le
niego mi sentimiento culé. Desde que era niño simpatizaba ya con el CF Barcelona.
En aquellos lejanos tiempos el rival total de mi equipo era el Athletic de Bilbao.
Después, y no se realmente porqué, el Real Madrid fue tomando ese relevo en ser
el verdadero adversario del club de mis simpatías. Hoy tengo igualmente tendencias
simpáticas hacia el club vasco y me da pena verlo como está esta temporada con
tantos problemas en su plantilla.
Eso de ser culé
no me hace perder toda la objetividad en la opinión que merece para mí, la
actitud que enarbola en este año el Real Madrid. Porque siempre el Madrid fue un
equipo elegante, señor, educado, respetuoso con el contrario y defensor del
buen futbol. Ello le ha hecho granjearse las simpatías de aficionados de todas
las condiciones sociales y lugares de la tierra. Y siempre ha sido un orgullo
para todos, que fuera uno de los abanderados del futbol en nuestro país.
Pero desde que
llegó el nuevo equipo técnico, liderado por Mourinho la cosa ha cambiado. A nadie
se le escapa que éste es un tipo petulante, malencarado, soberbio, ambicioso y
despreciativo que no dice nada a favor de la buena imagen de siempre del Real
Madrid en el mundo del futbol. Y que conste que a lo mejor es un marido
excelente y cariñosísimo, un padre ejemplar y magnífico y un ciudadano totalmente
irreprochable. Pero en el asunto de la imagen y la actitud de representatividad
de un club del Real Madrid, deja mucho que desear. Por lo menos ese es mi
criterio. Y como le decía a un acérrimo hincha del Madrid, mi buen amigo
Carlos, hace más de un año, este asunto termina mal. Porque las cosas así
siempre terminan mal. Y no es que tenga falta de tacto solamente, que no la
tiene. Y no es que sea un soberbio, que lo es. Y no es que sea un déspota que
lo es. Es que da una imagen de grosería mayúscula que enerva a todo el mundo.
Verdaderamente
debe de ser harto difícil lidiar una plantilla llena de millonarios jóvenes,
fuertes, gallardos y pimpollos llenos de opulencia y lujo. Pero si a eso se le
aumenta con criterios de nacionalidades, de soberbias mal entendidas, de preferencias
personales subjetivas y de caprichos explicados solo por el autoritarismo y la prerrogativa,
la cosa va mal en peor.
Es importante
que el Real Madrid resuelva sus problemas de cuadro técnico y vuelva a ser
aquel equipo señor y elegante de otros tiempos. Y que vuelva a jugar al futbol
con alegría, deportividad y jovialidad, como corresponde a un juego deportivo y
no con el patadón, la agresividad y la cara desencajada como si se estuviese en
una batalla campal contra los filibusteros.
¿Y que tiene
que ver esto del futbol en un blog como el mío que habla sobre todo de política?
Pues si. Todo es política.
El exabrupto,
la destemplanza, la grosería, la brusquedad, el resoplido y la salida de tono,
nunca fueron buenos para la acción cívica de nuestra vida cotidiana. Y más si
a ello se le añade el autoritarismo, el despotismo
y la intransigencia, el nepotismo y la arbitrariedad y los privilegios por vía
selectiva. Si todo se toca, todo queda en una maraña enloquecedora.
Algunos de
esos grandes defectos, muy puntualmente son colocados, casi sin percatarnos, en
la acción diaria de nuestro entorno sin el más mínimo escrúpulo. Y ello da un
resultado totalmente desolador. Y por ello me parece bueno ponerlo en mi blog
para criticar esos males tan comunes que vemos y padecemos en nuestra vida rutinaria
para separarlos definitivamente de nuestro entorno.
¡¡¡Si a lo
mejor Mourinho nos va a servir para ser mejores, más solidarios, mas iguales y
mas simpáticos! ¡Fíjate por donde!
Pedro Villagrán
23.12.12
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