26 noviembre 2012

LA OPINIÓN DE LOS SENCILLOS






       Acabo de llegar de mi gimnasio. Allí me he fundido haciendo esfuerzos en las máquinas y después he nadado unos largos. Bastante cansado me he ido al vestuario a cambiarme. Hoy había tertulia. Tertulia de mucha gente que acude a aquel sitio de muchas edades para cambiarse después de la ducha. A la hora que yo voy la mayoría son personas mayores, como yo. Y después de ejercitarse fuertemente y forzarse parece que todos los músculos están cansados, salvo la lengua. Ésta está como necesitada de trabajar en consonancia con los demás miembros musculares del organismo.
       En ese momento que se está uno secando después de la ducha mis compañeros de gimnasio hablan y hablan. Son como los tertulianos de la radio que hablan, bastante fuerte por cierto, y dan su opinión contrastada con las de otros que también han dado de mano en su trabajo deportivo diario. El vestuario es amplio y separado el mismo por las taquillas. Las voces resuenan mucho en aquel espacio abierto separado en compartimentos para vestuarios con taquillas.
       Hoy el diálogo y el parlamento estaba entremezclado entre fútbol, Cataluña, y, evidentemente, la crisis económica. Uno de ellos hablaba del Madrid. Era madridista y culpaba de todas sus cuitas a Mouruiño. Decía, con una altura de voz enorme, que el Madrid estaba ultimamente como nervioso, que jugaba como atolondrado y sin la calma necesaria para jugar bien al futbol. Juega, decía, como un pollo sin cabeza. “Y la culpa la tiene exclusivamente ese entrenador que está loco”. Le llamaba loco y que en su locura estaba llevando a su equipo al paroxismo y a la enajenación. Decía otro, afirmando las manifestaciones del primero, que Pepe, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos son grandes futbolistas, dignos de las mejores proezas, pero con el cerebro del equipo en el entrenador, como debe de ser, emulan la crispación y el atolondramiento de quien les dirige. “Así va a terminar mal este asunto” decía otro madridista refiriéndose tanto en la Liga como en la Copa de Europa. Estas gentes terminan mal. De pronto otro comentarista desde la lejanía física del vestuario, con un poco de sorna y socarronería comparaba, el juego del Madrid con el del Barcelona de anoche frente al Levante. Llevaba la intención de molestar al que antes había hablado, además de su lado de cachondeo. Pero todo era el motivo de dejar claro que quien mal anda mal acaba. Decían, con, picardía lo bien que jugó el Málaga con el Valencia metiéndole cuatro goles cero en un buen partido. Con tranquilidad y sabiendo lo que se hacía. Y ello gracias a Peregrini, su magnífico entrenador. A su cabeza pensante.
       Y en ese planteamiento, rayando en lo  filosófico, otro tertuliano sacó el tema de Mas. De Artur Mas. “Vaya batacazo que le han pegado los catalanes a Artur Mas”. “Otro loco como Mourinho”. Otro Mesías, decía otro con una voz bastante ronca. “Otro loco que va a volver loco al personal de Cataluña”.
       Yo guardaba silencio, mientras me cambiaba fijándome solo en lo que hacía, pero escuchaba con mucha atención. Con bastante observación pero sin demostrar para nadie la mínima curiosidad. Callaba, pero tenía las orejas bastante abiertas. Ni siquiera sonreía lo más mínimo. Pero, como una esponja, recogía las conversaciones que se esgrimían.
       Y es que era bastante interesante. Parecía superficial y frívolo pero, a la vez, era una especie de profundidad de diálogo. “Mas ha hecho un pan como una torta”, decía un señor al que no veía ni le ponía cara, pero le  escuchaba de lejos.
       Se comparaba todo en una mezcolanza complicada el Madrid con sus resultados, Artur  Mas y el resultado de las elecciones de Cataluña. Todo se hablaba en absoluta libertad. Después de mucho charloteo saqué la consecuencia y la conclusión de lo cabreada que está la afición del Madrid con su equipo que tiene malas maneras, fuerte crispación y está muy debajo de su eterno rival. Éste, el Barça, gana de calle y con un fútbol preciosista para mayor saña para aquellos. Y por último el personal está de chirigota con Mas que quiso hacer la bufonada de disolver el Parlamento catalán para tener más apoyo en sus ideas soberanistas, tapadera de sus verdaderos problemas económicos y conseguir ahora, disminuir ostensiblemente su apoyo electoral.
       Mi gimnasio es una escuela de hacer ejercicios para tenerme en forma y además es un sitio de parloteo con muchos tertulianos en calzoncillos muchísimos mas asépticos, sinceros y rigurosos que los que acuden a TVE1, Antena 3 o telecinco (y no digamos intereconomía). Y con más edad y experiencia de la calle.

Pedro Villagrán
26.11.12

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