En el Ayuntamiento de mi ciudad,
donde estamos en la oposición, ha habido una remodelación interna del Grupo
Municipal Socialista. Unos han salido al obligarles a la dedicación completa al
Grupo, otro se va por otra responsabilidad más provechosa y lucrativa y otro
queda, solitario, a la intemperie del apoyo del Partido. Esa escenografía no es nueva. Desde que
estamos en la oposición, en todas las
legislaturas se da el desagradable e indeseable espectáculo de dimisiones,
cambios y ascensos que dan, evidentemente, una imagen de inestabilidad, de
inconsecuencia y de debilidad política mayúscula, que hacen mella en nuestro electorado que no
entiende absolutamente nada.
Estoy en mi
casa viendo con atención en la tele municipal esa noticia, con algunas
declaraciones de los responsables y a mi
perra Olga da un aspaviento porque ha escuchado un ruido en la calle, toca con
su rabo el mando a distancia y en la tele sale, en un cambio de canal, ni más
ni menos, Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro. Para un culé como yo, pensé que era un atentado y
una afrenta a mi persona. Pero me quedo mirándolo un momento y no le veo
mucha diferencia con la imagen televisiva perdida por el rabo cimbreante de mi
perra. Erguido, desafiante y fanfarrón, Ronaldo se da golpes como los de un
poseso sobre su pecho. Parece que se va a hacer bastante daño de tan fuerte
como son los golpes sobre sus potentes pectorales. La cámara centra su cara y
le noto por la boca que pone que dice claramente y gritando “EU, Eu, Eu”. Yo,
yo, yo. Sigue dándose golpes fuertes en el pecho y después, como en un teatro
insólito, abre los brazos y con una sonrisa de triunfo invita a sus compañeros
a que le feliciten y le rindan pleitesía además de reconocer la enorme y única suerte
de tener un tipo como él, único, en sus filas.
Es un tipo extraño este Ronaldo del que estoy casi seguro que su final en
el Madrid va a ser de los que terminan con traca final. Y que conste que es un
magnífico jugador. Que tiene un instinto de gol como muy pocos jugadores del
mundo. Que tiene una potencia de tiro de una fuerza terrible. Pero no es una
pieza de engranaje, no es humilde, recatado ni disciplinado para la formación
de un grupo cohesionado y fuerte. Que mete el hombre goles…claro que está bien pero no es un hombre
de grupo, ni de formar una pieza de un colectivo sólido. Que es un futbolista
maravilloso y que mete muchos goles. Nadie lo pone en duda. Como hay muchos
Ingenieros de Caminos que hacen unas obras de ingeniería magníficas, unos
jugadores de baloncesto como Magic
Jonson que encestan lo imposible, unos cirujanos muy habilidosos que hacen
cirugía de alta fineza y unos maravillosos y reconocidos arquitectos que
conciben un urbanismo moderno y progresista. Pero eso hay que conjugarlo con
algo más. Y a los hechos me remito. En esta matraca de sociedad en la que
estamos, hay que hacer grupo, ser llano, hacer equipo y sentirse uno más sin
estar por encima de nadie.
Sigo
viendo la tele (se trataba de un reportaje de ensalzador de Ronaldo) y le
ponían unas declaraciones donde decía que todo el mundo le tenía envidia. Y
ello era porque tenía un montón de coches, era guapo, era alto y metía más
goles que nadie. Además hablaba de Mourinho. Que él le daba consejos al
entrenador, que el diseñaba las jugadas importantes, que el hacía el “Programa”
del Madrid, que si él, que si él, que si él…
Cambié de canal. No lo podía soportar. Era muy superior a mis fuerzas.
Volví al que había cambiado mi perra Olga con su rabo.
Y allí, en ese primer canal, escuche declaraciones, comentarios, ciertos
puntos de vista, manifestaciones y demás con respecto a los socialistas en el
Ayuntamiento de Málaga. Unos llenos de respeto, elegancia, observancia a unas
siglas, deferencia y mesura en esos momentos bastante difíciles de calibrar.
Otros las patas sobre la mesa, petulancia, afectación y una absoluta
inmodestia. Hasta, incluso, se hablaba, figuradamente, claro, de pistolas. Y
todo en un marco que me hizo sentir pena
de haber participado, solo un ápice y en un solo momento, en la elaboración y
refrendo de esa lista en los niveles orgánicos del Partido de mi pequeña
responsabilidad.
Nunca
tuve claro que en la lista municipal fueran en puestos de salida cuatro personas de importante prestigio en la
ciudad, puestas por la Candidata con su apoyo y
su confianza cerrada. Tres de ellas
independientes, ( una se queda como prometió), y una militante pero que
podríamos considerar escuetamente como no “hombre de Partido” (Yo, como muchos,
tengo, a lo mejor erróneamente, esa clasificación clásica y tradicional que me ha servido, y me sirve
bastante, para tener mas o menos confianza política en algunos compañeros, a
pesar de los tiempos que corren y las críticas que ello acarrea). Yo pensaba
que los responsables, Ejecutiva Provincial y Candidata, controlaban el tema. En
ese terreno mas que resbaladizo de independientes y de hombres de izquierda
libres de disciplina es complicada la navegación. Pues no. No se controlaba.
Pero
una cosa está clara. Habría que explicar el porqué, hasta ahora, se permitían
las medias dedicaciones a algunos miembros del Grupo y después de la salida del
flamante responsable del Puerto, que lo
estaba, y ahora ya no se permite y se
pide a todo el mundo lo que antes se permitía. Alguien debería explicarlo alto
y claro. Porque alguien, y yo me lo sospecho, debe de ser responsable de, una
vez más, del ascensor y la salida de la lista de los ediles socialistas que
salieron de las urnas en las últimas elecciones.
Y
ya tenemos a la prensa de la derecha alabando la crisis. El “SUR”, nuestro periódico
local frotándose las manos en una
parcialidad absoluta que ya conocíamos de antemano. Incluso en alguna columna una
parcialidad apoyada por familiaridad manifiestamente conocida.
Y ¿quien es la pieza que se
enarbola, desde la derecha local, como enseña, emblema y signo contra nosotros?
Pues, desgraciadamente, ni más ni menos, Cristiano
Ronaldo dos Santos Aveiro.
Pedro Villagrán
13.10.12
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