23 octubre 2012

CON TODA SINCERIDAD: MI REFLEXIÓN ANTE LA DERROTA


       El domingo por la noche estuve muy atento para saber de los resultados electorales en Galicia y en Euskadi, preocupado bastante por las consecuencias que mi Partido iba a sacar. De esa atención y tensión salió una decepción importante puesto que perdimos en ambas comunidades de forma casi estrepitosa. Inmediatamente los de siempre empezaron a pedir dimisiones y a cortar cabezas para así, como siempre, entrar en más crisis todavía y complicar más los asuntos. Veía yo la Primera de TVE con una mesa redonda totalmente infumable donde los tertulianos daban sus opiniones sectarias y parciales contra el PSOE, recreándose en la pérdida de confianza de la ciudadanía para el Partido Socialista. Uno de ellos, una mujer con nariz muy larga de mentirosa que era, decía que el PSOE estaba buscando su suelo y que cada vez era mas bajo. La verdad es que me cabreó bastante. Y desde entonces estoy con un vacío dentro que me dura sin cesar en estos días siguientes. Llamé a un buen amigo el domingo para comentar un poco el tema y hacerle partícipe de mis cuitas y me sorprendió su respuesta, totalmente  de consuelo. Me decía que lo que había pasado era una cosa totalmente esperada y anunciada y que demostraba fehacientemente la situación del Partido en su vida orgánica y su demostración hacia el exterior de sus múltiples problemas.
      Igualmente, decía mi amigo, que yo había gastado muchísimas energías, y desde hace muchísimo tiempo, en poner en entredicho la situación deteriorada de la Organización, criticando y dando salidas continuamente al deterioro orgánico y de presencia en la sociedad del Partido. Y que ante esos planteamientos, hechos sin ninguna aspiración personal, siempre se habían recibido la misma respuesta; la desatención, el desaire y, algunas veces la burla. Mi amigo, que había, y ha, luchado más todavía que yo, aunque dolorido igual, se sentía aliviado así un poco de tanta derrota y de tanto fracaso. Y solicitaba de mí esa misma disminución de responsabilidad como militante activo de este Partido.
        No me gusta hablar en primera persona porque nunca me gustaron los personalismos pero la situación  actual me obliga. Cuando salgo en prensa en mi provincia los periodistas me llaman “antiguo guerrista”. Es un epíteto que a mi no me molesta realmente, aunque ellos lo hacen con la intención de etiquetar lo antiguo, “lo de antes”, lo pasado. No soy guerrista y es porque ya no hay guerrismo. La Renovación famosa de los nuevos líderes de los años noventa y tres y noventa y cuatro, hicieron lo que hicieron y liquidaron concienzudamente una forma determinada de dirigir este Partido liquidando al ostracismo cualquier disidencia alternativa de pensamiento.
          Pero una cosa tengo clara. Yo defiendo desde entonces un modelo diferente de Partido que hoy hace claramente aguas y que, además, no hace más que perder elecciones y perder apoyo de los ciudadanos.
          Y ese Partido que defiendo no es un Partido de centro izquierda sino claramente de izquierdas. Es un partido plural y unido, no uniformado. Es un Partido Federal, no una federación de partidos. Es un Partido no institucionalizado. Es un Partido con voz propia y no la voz de las Instituciones. Es un Partido que escucha a sus Agrupaciones Locales y está presente con su mensaje de progreso en la sociedad. Es un Partido ideologizado profundamente y orgullosamente responsable de su historia y de sus políticas. Es un Partido cercano a los trabajadores y a las Organizaciones sindicales, sobre todo a la UGT.
           La supremacía de un modelo de partido diferente al expresado y llevado hasta sus últimas consecuencias, hace que nos encontremos en la situación en la que estamos. El divorcio absoluto entre los distintos niveles del Partido, con una ausencia total de participación entre ellos crea una Organización de simples intereses personales y unidos por liderazgos también personales y no políticos.     
          Esta crisis no es de hoy ni de ayer. Es de hace mucho tiempo. Esa caída en barrena viene desde que aquellos a los que se les llamó renovadores (simplemente la renovación de quítate tu y me pongo yo), tomaron las riendas de la Organización. Y esa caída de apoyo de los ciudadanos ha ido fraguándose sin hacer nunca un análisis serio de la situación orgánica, política e ideológica. La llamada clase política (terrible esa terminología) que ha resultado de aquellos fuegos son las brasas y las cenizas de hoy que no quieren darse por vencida en dar una salida para hacer cambios en profundidad con el acuerdo de todos.
         Se habla de una conferencia política próxima. Nos preguntamos quien acudirá y quien será convocado. Pues los mismos que nos  han llevado a este desastre. Que se hace un Congreso de estudio de la situación. Nos preguntamos quién irá. Pues los mismos. ¿Y así queremos arreglar el problema?
         Pienso que sería un inmenso error solicitar dimisiones y cortar cabezas. Lo que hay que hacer es llegar a la conclusión de hacer un cambio en profundidad en la dinámica de trabajo orgánico y cambiar el modelo de Partido. Yo no estoy por cambiar a Rubalcaba. Yo estoy por darle mas poder y que cambie verdaderamente las cosas.
        Desde Andalucía, desde Sevilla, se pide mayor presencia. ¿y porqué? ¿Para qué? El Secretario General del PSOE-A llegó a la Secretaría General después de ser Presidente de la Junta por elección de Chaves y aprobado simplemente y solo por el Comité Director. Todos lo recordamos. En las últimas elecciones fue candidato por ser Secretario General. Los resultados electorales no se merecen hablar, con una magnífica campaña de UGT y CCOO. No lo olvidamos. Y ahora quiere en Madrid mayor presencia de Andalucía donde gobernamos con IU.
        Tenemos que reflexionar desde el rigor y desde la mesura política. Pero sin engañarnos. Nos estamos jugando el futuro de una Organización como la nuestra que es fundamental y vital para los intereses de los nuestros, para los ciudadanos, para dar alternativas a la política desastrosa del PP, y para el futuro de progreso de nuestro país. Pero para ello lo primero es cambiar el tipo de funcionamiento orgánico, ideologizarse en la izquierda y cambiar el actual Modelo de Partido. Ni más ni menos.


Pedro Villagrán
23.10.12                            
                                   
                                

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