18 septiembre 2012

HA MUERTO SANTIAGO CARRILLO



       Ha muerto Santiago Carrillo. Hace un momento he puesto la tele y me he enterado. Ha muerto una de las piezas más importantes de la transición española. Ha tenido una vida larga y muy fértil. Y como su vida ha sido tan larga y de tanta actividad ha tenido momentos lúcidos y momentos menos diáfanos. Pero un conjunto de días que configuran una larga vida en un papel fundamental para la vida de este país.
       97 años son muchos años. Y además tantos años dedicado a sus ideales y a sus proyectos. Muchos años llenos de anécdotas y momentos importantes para España.
       En el año 1973, cuando yo estaba viviendo en Suiza, en Lausanne, hubo un mitin en la “Patinoire” de Ginebra. Intervino Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri. Yo asistí a ese mitin. Nos acompañaba Lola, una comunista española que trabajaba en Francia y muy activa políticamente.  Era el primer mitin multitudinario al que yo asistía. En aquel mitin se hablaba de España y de su futuro. Se hablaba de Franco al que yo ya le tenía la misma simpatía que ahora. Se hablaba de libertad. De democracia. De proyectos políticos.
       Unos cuantos médicos españoles cogimos un coche y nos fuimos a Ginebra para escucharle. Yo sentí una fuerte emoción ya que era la primera vez que escuchaba cosas diferentes en política  sin miedo a que entraran los grises en  mi Facultad de Cádiz. Cuando terminó el acto fuimos a saludarle. Fue difícil pero lo conseguimos. Le conté que hacía yo por aquellas gélidas y  frías tierras llenas de nieve. Y estuvo muy receptivo y cariñoso. Fumaba, fumaba y más que fumaba. Yo tenía un paquete de Record, un tabaco negro canario y me lo pidió. Era como un pedazo de España para fumárselo. Yo le di el paquete empezado y otro entero que tenía en mi mochila.
       A finales de 1977, ya en Málaga, hubo un mitin en el Palo, en el campo de fútbol de San Ignacio. Acudí allí para escucharle de nuevo. Y me gustó también. Yo nunca he sido comunista. Pero no he sido nunca anticomunista. Pero Santiago Carrillo era un verso suelto dentro de la férrea estructura del Partido Comunista de España. Y yo le tenía bastante simpatía.
       Tenía una lucidez espléndida y una memoria magnífica. Hace dos años en el Senado almorcé con un grupo de compañeros y algunos de IU en una comida de trabajo parlamentario. Él estaba allí como invitado. Me tocó, en la mesa, a su lado. Hablamos de varias cosas. De la derechona, del proyecto de la izquierda en España, del futuro de esta país. Me pareció aquella conversación magnífica. De pronto me dijo: “Oye ¿aquí donde se fuma?” Y yo le respondí que estaba prohibido. Pero habrá un sitio donde se pueda ¿no?, me preguntó. Ven, le dije. Y nos fuimos a un hueco de la escalera de incendio donde nos fumamos dos Ducados. Fuera llovía. Casi nos mojábamos.  Los dos solos allí y mirándome me preguntó: “Oye yo no te conozco de algo?” No me lo podía creer. “Ya está …de la Patinoire”. Tu eres amigo de Lola.(Lola era una chica comunista, muy cercana a la Dirección) que nos acompañó al mitin y que vivía en Vevey (donde él durmió esa noche). Pero como es posible?  Pues si. Se acordaba del mitin de Suiza y de aquel joven médico español que fue a saludarle en el 73. La memoria es fundamental para todo. También para la política.
       Ha muerto Santiago Carrillo. Una pieza más que importante de la historia de nuestro país. Descansa en paz.


Pedro Villagrán
18.09.12 

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