30 septiembre 2012

DESILUSIONADO, POLITICAMENTE HABLANDO, PERO NO ABATIDO



       Hace algunos días un buen amigo mío, uno de los mejores, me dijo que me felicitaba por mi llegada a su club. Desde hace bastante tiempo este compañero, y amigo, se encuentra en un estado de hendidura política crónica con respecto al PSOE del que sigue, eso si, siendo orgulloso militante. No es que mi amigo sea un crítico desaforado contra el oficialismo dominante pero mantiene desde hace algún tiempo una postura de análisis  reprobatorio con respecto a como se están desarrollando las cosas en la política del Partido a nivel interno y externo. Y ello le ha hecho entrar en un estado de desánimo que, sin criticar nunca mi posicionamiento asumido hasta ahora, mantiene su posicionamiento en la desmoralización. La diferencia fundamental entre mi amigo y yo es que, aunque también me encuentro dentro de la impotencia y del cansancio en la política actual de mi Partido, todavía añoro la posibilidad de que pudiera haber un grupo de compañeros que pudiéramos unirnos para cambiar radicalmente las cosas. Pero como esa posibilidad cada vez es mas lejana y realmente dificilísima, entro en la melancolía y mi amigo me dice que he entrado en su club y por ello me da su bienvenida.
       Se extrañan mis amigos, éste al que me refiero y  otros, que a mis años mantenga viva todavía una ilusión en la Política y más en la política concreta que mi Partido pueda desarrollar. Porque sigo todavía ilusionado en que compañeros, veteranos y jóvenes, se unan para fortalecer un modelo de Partido capaz de enfrentarse a los conservadores en aras del proyecto de un mundo mejor, mas justo, mas igualitario, mas decente, mas libre y mas solidario. Porque, igualmente, pienso que la situación actual política es terrible nacional e internacionalmente. Pero más terrible que ello, azar de los periódicos vaivenes económico-políticos, es ver a la única posibilidad de avance social, el PSOE, sumido en una ausencia de presencia en los verdaderos problemas de la gente y en una inexistente alternativa para el país y para sus ciudadanos más débiles.
       Yo esperaba, ingenuamente, que después de nuestro descalabro electoral, se iba a realizar un examen exhaustivo de la situación, ver con la objetividad debida los errores cometidos a nivel interno y externo y se iba a intentar poner pies en pared para arreglarlos y comenzar no de nuevo, sino con nuevos modelos, nuevas fuerzas y nuevos objetivos. Pero no. No ha sido así.
       La CEF resultada en Sevilla no está a la altura deseada en  las actuales circunstancias políticas en nuestro país. Todos suponíamos más de ella y teníamos la esperanza de que si no se podía hacer una oposición más fuerte por los tiempos que corren, al menos fueran a corregir algunos de los muchísimos defectos orgánicos que había, y hay, en nuestra organización que ha sido una de las causas de nuestra pérdida de confianza en la ciudadanía.
       En Andalucía, con la coartada de elecciones próximas el Congreso de Almería, dio como resultado una división interna mas que importante dejando a una gran parte del Partido en la cuneta con aquella frase que ha llegado a ser famosa de “Quien no me apoya, no se sienta en mi mesa” , ejemplo de proyecto sectario y  finiquitado. Ese mismo proyecto se copió en Málaga en su Congreso Provincial donde se dijo claramente que quien no apoyara a pie juntillas al Secretario General no entraría en la Comisión Ejecutiva, dando igualmente la mayoría un ejemplo claro de intransigencia y de parcialidad. Muchos compañeros que tenían ilusión y ganas de trabajar por un proyecto vivo, plural e ilusionante quedaron fuera de la Dirección por causa de la impresentable uniformidad de siempre.
       Evidentemente, con estos planteamientos y mimbres, no podía salir nada mejor en las Agrupaciones locales. En la mía, por ejemplo, un joven del que nunca hemos escuchado  de su boca que proyecto político tiene, sin ninguna experiencia y como único aval de ser el hijo del Secretario General anterior, ha tomado la herencia(nunca mejor dicho) de  la Secretaría General. Se ha rodeado de disidentes políticos afines a la Dirección Provincial y de algunos leales en juventud y maneras. Y así quieren levantar el vuelo de este Partido que tiene tantos problemas. En las otras Agrupaciones de Málaga las Direcciones Locales han sido asumidas no por herencia familiar como en la mía, sino por cargos públicos institucionales para dejar todo más que amarrado.
       El otro día en una revuelta de papeles arreglando mi despacho estuve ojeando artículos de opinión míos publicados en “Sur”,  “La opinión de Málaga”, “Diario 16” y otros medios escritos. Me sorprendió, y ello no es, en mi criterio, positivo, que hablaba de un modelo de Partido determinado del que siempre he estado orgulloso de defender. Es el mismo que hoy todavía defiendo. Un Partido sólido, Federal, plural, activo, disciplinado, separado del Poder Institucional, presente en la sociedad, claramente de izquierdas, cercano a los Sindicatos y con un proyecto claro de cambio de progreso de la sociedad en donde vivimos. Y después de los acontecimientos surgidos últimamente, me encuentro totalmente desilusionado. No veo una clara  salida. El proyecto está ahí. Claro y concreto. Pero es como si fuese imposible hacerlo realidad. Y, claro, el seguir dando cabezazos contra la pared es bastante nocivo y más cuando ya uno está un poquitín quemado de tantas batallitas. Quemado, si. Pero no cansado ni con falta de ilusión por trabajar por un proyecto serio y que sirva para cambiar realmente este Partido y por ende, este país.
       De este Partido, al que estoy afiliado desde 1979, he recibido mucho más de lo que ha dado mi activa militancia. Y lo agradezco. Y mucho. Pero las cosas están mal y parece que no hay ningun interés en cambiar el modelo en el que estamos inmersos y cambiar en algo por uno que yo defiendo desde hace tanto tiempo y que es casi imposible contar con él, aunque sea en el respeto de una ligerísima minoría.

Pedro Villagrán
30.09.12       
                 

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