Allá en el
Colegio y en el Instituto, allá por los sesenta la Formación del Espíritu
Nacional controlaba el pensamiento político y la opinión de la muchachada. El
asunto de Gibraltar era siempre candente. Los ingleses le habían robado a
España un trozo de su territorio por un extraño tratado que legalizaba dicha
colonia en todo el estrecho del mismo nombre.
Recuerdo una canción
que decía
“A mi Patria le robaron tierra hispana del Peñón
y sus aires son holgados por el asta de un extraño pabellón.
Si es trinchera comunista la bandera roja y negra yo pondré
Si muriera en tu conquista en tu roca mi estandarte clavaré”.
Los que
vivimos aquellos tiempos no olvidamos esos mensajes de llamarles comunistas a
los ingleses y de clavar en el Peñón la bandera rojinegra de la Falange.
Y es que es muy difícil olvidar. Eso marca bastante.
Al igual que
la población de Gibraltar llama a los linenses “piojosos” y para insultarlos le
conceden el seudónimo de “muertos de hambre”, unido a pues los comunistas (que no se que pintan por
aquí) los sentimientos racistas de los gibraltareños y las pasiones ultranacionalistas
del Campo de Gibraltar configuran un ambiente complicado que enmaraña todo.
Lo cierto que
hay un acuerdo internacional que hay que cumplir. Una aguas territoriales que
son las que son. Unos terrenos ganados al mar en una clara ilegalidad. Unas
concesiones por parte de España a la
Colonia, como el aeropuerto (construido en zona española), el
Puerto (igualmente), la frontera, la atención sanitaria y alimenticia, etc.
etc.etc son asuntos que siempre se han
realizado por parte española concediendo cosas y mas cosas, buscando la amistad y el compromiso con la
colonia y con el Gobierno de Su Graciosa Majestad.
Tiempos
antiguos que marcan de pobreza, de extraperlo, de ropa “moderna” , de tabaco de
contrabando, de trabajo cotidiano en la Colonia…. Pero las cosas son diferentes. Ya son
diferentes. Es necesario olvidarse, por parte de los llanitos de lo de “piojosos”
y “muertos de hambre” y por parte de España olvidarse de la cancioncita que
recitaba anteriormente y saber que ha llegado el tiempo de la Diplomacia.
Pero una cosa
es mas que clara. Gibraltar es, evidentemente, fruto del Tratado de Utrecht, al
igual que la isla de Menorca. Y lo normal sería que se restituyera Gibraltar la Soberanía a España (que
nunca se nos ha quitado, por otro lado). Eso sería lo normal. Pero la Población de la Roca debería ser escuchada y
la negociación debería contar con ella. No de una manera definitiva y total,
sino ser valorada, simplemente.
Pero dos cosas
para complicar aún más el problema. UNO.
Gibraltar, por mucho que se obvie, es un nido de irregularidades fiscales,
contrabandistas y de paraísos fiscales. Y ello es de una obviedad manifiesta. Y
eso debiera acabar sin más. En Gibraltar hay el doble de empresas que
ciudadanos censados hay. Y eso es una auténtica corruptela que se debiera rápidamente
eliminar. Son mas que frecuentes, mas
que usuales y mas que evidentes los fuerabordas y las lanchas rápidas llenas de
cargamento ilegal, huyendo de las autoridades españolas cargadas de todo. De
todo y de todo en una flagrante irregularidad contra la Haciendo Pública
y la Sanidad Pública.
DOS. Nuestras autoridades hablan de Gibraltar Español. Y
se les pone la vena del cuello hinchada. Pero cuando alguien le pregunta por
Melilla y Ceuta inmediatamente dicen que no es lo mismo. Las plazas de soberanía
que le llaman antes de nuestra Constitución del 78 es una colonización aun
mayor, si cabe, que Gibraltar. Y no vale el hablar de Marruecos, de las tierras
rifeñas, del protectorado, etc. etc.etc. No es de recibo no hacer una negociación
de todo lo negociable o dejar las cosas como están, pero reguladas legalmente.
El tema es
complicado. Mas que complicado. Gracias a Dios que tenemos un Gobierno del PP que
lo va a arreglar todo. Para ello lo habéis o han votado…¿o
no? Este Rajoy es un auténtico portento. Un maravilloso estratega. Ya vereis
Pedro Villagrán
16.06.12
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