El ex director
de RTVV (Radiotelevisión Valenciana)
dice en una declaración que los regalos que “el Bigotes hacía a los diversos
políticos populares de la
Comunidad valenciana eran normales. Por lo visto eso era lo
normal. Él está dentro de la trama de corrupción valenciana. Ya fue jefe de
prensa de Zaplana y de Capms. Y está en el cogollo del escandaloso asunto de
todo el montaje incluyendo la trama de
la visita del Papa a Valencia.
Pero ayer vi en
la tele una cosa que me llamó la atención. Un acusado amigo del anterior, que
no recuerdo su nombre (tampoco se merece el sinvergüenza que lo busque en Google)
de dicha trama, cuando entraba en el
juzgado gritaba mirando a la cámara” La culpa de esto la tiene Rubalcaba”. Y me
percaté entonces que ya los canallas corruptos no dicen como el Alcalde de
Alhaurín, Martín Serón, que en las mismas circunstancias, hace dos años,
gritaba “La culpa de esto la tiene Zapatero”. Ahora dicen Rubalcaba.
Porque es más que sorprendente que un tipo cuando se
encuentra en una situación comprometida como la que describo, se ponga a echar
acusaciones extemporáneas e incongruentes no porque haya perdido el juicio y
esté loco sino simplemente para hacer
mal y daño.
Los corruptos
del PP cuando van camino del trullo, según
la época, gritan contra el Secretario General del PSOE correspondiente. Y es
sorprendente esa escena que se repite continuamente. Y uno piensa como es
posible tanta cosa tan burda y tanta escena tan zafia. Llega uno a creer que si lo hacen es que en alguien hará mella, en
alguien caerá el mensaje. Ese caldo de cultivo impresentable y rematadamente lerdo
y estúpido es el de una sociedad absurdamente simple en la que estamos donde
mucha gente no ve más un poco más allá de sus narices y se cree lo que le
dicen, o le gritan algunos impresentables.
Pena de esta sociedad
donde lo cutre, lo indigno y la mentira sin más, hace mella en algunos de sus
integrantes. Tristeza da esta sociedad donde algunos de sus componentes (creemos
que son minoría, pero no son tan pocos)
aceptan la patraña, la martingala y la calumnia para desacreditar, o intentar
desacreditar al oponente político para simplemente intentar o hacer simplemente
daño.
Pedro Villagrán
08.05.12
siempre e dicho que no haimas tonto que un obrero de derechas
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