El próximo día
25, viernes, se juega la copa del Rey en Madrid. La jugará el Barcelona y el Athletic
de Bilbao. Es evidente que Madrid se va a convertir en una auténtica olla a
presión futbolera de dos grandes aficiones que llenarán el Vicente Calderón para
animar a los suyos. El fútbol, y ya se ha visto la semana pasada en Budapest
con el Atlético de Madrid y el Athletic, mueve pasiones y los aficionados
muestran banderas partidarias de cada club, pancartas y demás para alegrar la
fiesta de una final española.
Cualquier hijo
de vecino de este país, hasta el más tonto, sabe que estos encuentros se
complican más cuando se le añaden asuntos territoriales, políticos o de índole diferente
al estrictamente deportivo y pueden convertir en enfrentamientos de alto riesgo
y la policía separa a los aficionados de cada equipo, los vigila de cerca demás
acciones que considere oportunas.
A nadie se le
escapa que las aficiones del Barça y del Athletic, por razones múltiples y
específicas, representan a determinados territorios con problemas muy concretos
territoriales, políticos y diferenciadores en el conjunto de lo que llamamos Estado
Español.
Pues bien el
mismo día en cuestión Falange Española y otros colectivos ultraderechistas
solicitan a la Delegación
del Gobierno de Madrid permiso para realizar una manifestación a la que le llaman
“Contra el separatismo Una bandera”. Pero lo más sorprendente es que el
Gobierno le da permiso para manifestarse. Es una auténtica vergüenza y un
despropósito. Yo recuerdo en la última visita del papa a Madrid se solicitó una
“Marcha por el laicismo” y no se permitió aduciendo que iba a ser una provocación.
Yo creo que el
Gobierno rectificará en este tema. Cambiará
de opinión en dejar a la ultraderecha en la calle con sus banderas del
pajarraco y demás, provocando en un día que debe de ser de fiesta y jolgorio
para dos aficiones futboleras que llegan a la final de la Copa de España. Es
inadmisible la actitud de la
Delegación del Gobierno. O son tontos de solemnidad o son unos
auténticos irresponsables. O las dos cosas a la vez.
La
ultraderecha de este país debe de ser, de una vez por todas, ilegalizada por
estar en contra de nuestra democracia, por ser unos verdaderos antisistemas,
por tener la agresividad a flor de piel y por muchísimas cosas más. Pero además
de dejarlos como legales, permitirles manifestarse y además en un día tan
señalado, es una provocación y una vergüenza de la que es responsable el
verdadero desastre de Gobierno que tenemos que ni se entera ni quiere
enterarse. O, a lo mejor, sabe
intencionadamente lo que hace.
Pedro Villagrán
11.05.12
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