Ayer en las
elecciones francesas, el candidato socialista a la Presidencia de la República sacó una manifiesta
ventaja al candidato de la derecha. Y ello es bastante importante. Ya puede
decir lo que quiera la portavoz del Partido Popular quitándole méritos a dicha prelación
y manifestando entre susurro que dicha delantera podría ser recuperada. Dicha
noticia es buena para los intereses de Europa en general y para España en
particular, ya que rompería el binomio marmóreo de “Merkolsy” que aprieta hacia
una política económica de recortes y más recortes en la Unión Europea.
Holande habla
de una política económica diferente y de una salida de la crisis bastante
matizada con lo que se nos está imponiendo por parte del eje Francoalemán. Esos
dolorosos recortes que se nos imponen para llegar a una economía de estabilidad
presupuestaria son totalmente imposibles de llevarlos a cabo ya que, además de
lesionar gravemente a los ciudadanos mas necesitados, son prácticamente inviables.
El recorte en gasto social y el apretarse el cinturón en demasía nos llevan,
por supuesto, a un empobrecimiento muy importante de los ciudadanos y por
consiguiente del Estado en general. No sería, con Holande en la Presidencia francesa,
un cambio total de actitud por supuesto, pero la tendencia hacia la estabilidad
sería mucho más liviana.
Jordi Sevilla
escribe en la prensa un comentario donde clarifica que el problema español no
es, económicamente hablando, una cuestión propiamente del Estado. Éste tiene un
déficit importante pero totalmente asumible si lo comparamos con los países de
nuestro entorno. La cuestión es la deuda y la quiebra que tienen los ciudadanos
y las entidades bancarias. Son los estratos sociales, son los ciudadanos, las
empresas, los bancos los que presentan el problema del déficit, no el Estado
como maquinaria de funcionamiento institucional. Por lo tanto el apretar el
cinturón a los ciudadanos, el recortar con la inmensa tijera taladora nos lleva,
obligadamente, a situaciones de más empobrecimiento popular y de mayor hundimiento y debilitación.
Yo sigo con la
retahíla de que el Gobierno anterior, el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero,
no se equivocó en la resistencia a políticas tan regresivas y antisociales provenientes
de Europa. Pudo tener errores, por supuesto; pero ahora casi todo el mundo
opina que las medidas de recortar y más recortar no nos llevan a otro sitio
distinto que la ruina. Dicen muchos entendidos en esto de la economía, que solo
fortaleciendo la demanda interna y controlando el gasto con medidas razonables
podríamos crear riqueza y compensar así nuestro déficit.
Una cosa,
amigo bloguero. Reconozco que no tengo ni idea de economía pero tampoco la
tiene la trayectoria de Luís de Guindos,
responsable de Lehman Brothers y que ahora dirige la política económica de
nuestro país con un apego al eje francoalemán que nos llena de sorpresa.
Por lo tanto bienvenido
sea la bocanada de esperanza de Holande. No es que vayamos a morirnos de
felicidad con unas diferentes medidas pero si nos daría la posibilidad de hacer una política económica
menos dañina y menos agresiva para los ciudadanos que, al fin y a la postre,
son los que lo están pasando bastante mal.
Pedro Villagrán
23.04.12
No hay comentarios:
Publicar un comentario