23 abril 2012

UNA ESPERANZA EN HOLANDE


       Ayer en las elecciones francesas, el candidato socialista a la Presidencia de la República sacó una manifiesta ventaja al candidato de la derecha. Y ello es bastante importante. Ya puede decir lo que quiera la portavoz del Partido Popular quitándole méritos a dicha prelación y manifestando entre susurro que dicha delantera podría ser recuperada. Dicha noticia es buena para los intereses de Europa en general y para España en particular, ya que rompería el binomio marmóreo de “Merkolsy” que aprieta hacia una política económica de recortes y más recortes en la Unión Europea.
       Holande habla de una política económica diferente y de una salida de la crisis bastante matizada con lo que se nos está imponiendo por parte del eje Francoalemán. Esos dolorosos recortes que se nos imponen para llegar a una economía de estabilidad presupuestaria son totalmente imposibles de llevarlos a cabo ya que, además de lesionar gravemente a los ciudadanos mas necesitados, son prácticamente inviables. El recorte en gasto social y el apretarse el cinturón en demasía nos llevan, por supuesto, a un empobrecimiento muy importante de los ciudadanos y por consiguiente del Estado en general. No sería, con Holande en la Presidencia francesa, un cambio total de actitud por supuesto, pero la tendencia hacia la estabilidad sería mucho más liviana.
       Jordi Sevilla escribe en la prensa un comentario donde clarifica que el problema español no es, económicamente hablando, una cuestión propiamente del Estado. Éste tiene un déficit importante pero totalmente asumible si lo comparamos con los países de nuestro entorno. La cuestión es la deuda y la quiebra que tienen los ciudadanos y las entidades bancarias. Son los estratos sociales, son los ciudadanos, las empresas, los bancos los que presentan el problema del déficit, no el Estado como maquinaria de funcionamiento institucional. Por lo tanto el apretar el cinturón a los ciudadanos, el recortar con la inmensa tijera taladora nos lleva, obligadamente, a situaciones de más empobrecimiento popular y de mayor  hundimiento y debilitación.
       Yo sigo con la retahíla de que el Gobierno anterior, el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, no se equivocó en la resistencia a políticas tan regresivas y antisociales provenientes de Europa. Pudo tener errores, por supuesto; pero ahora casi todo el mundo opina que las medidas de recortar y más recortar no nos llevan a otro sitio distinto que la ruina. Dicen muchos entendidos en esto de la economía, que solo fortaleciendo la demanda interna y controlando el gasto con medidas razonables podríamos crear riqueza y compensar así nuestro déficit.
       Una cosa, amigo bloguero. Reconozco que no tengo ni idea de economía pero tampoco la tiene la trayectoria de  Luís de Guindos, responsable de Lehman Brothers y que ahora dirige la política económica de nuestro país con un apego al eje francoalemán que nos llena de sorpresa.
       Por lo tanto bienvenido sea la bocanada de esperanza de Holande. No es que vayamos a morirnos de felicidad con unas diferentes medidas pero si nos daría  la posibilidad de hacer una política económica menos dañina y menos agresiva para los ciudadanos que, al fin y a la postre, son los que lo están pasando bastante mal.


Pedro Villagrán
23.04.12         

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