Hace algunos días
leí unas declaraciones de Elena Valenciano donde decía claramente un criterio
con el que comulgo totalmente. Se trataba en reconocer claramente la mayoría
absoluta del PP y su derecho a hacer políticas diferentes a las que nosotros
realizamos anteriormente. Pero una cosa es hacer una política dispareja y otra
muy diferente es romper todos los acuerdos y desgarrar autoritariamente la
totalidad del Estado de Derecho y de Bienestar que entre todos nos habíamos
otorgado. Porque el Partido Popular tiene el ajustado a derecho cargo de hacer las políticas
necesarias para hacer cumplir el programa electoral con el que se presentó a
las elecciones. Eso es evidente. Pero lo es meridianamente claro es que no
tiene dado por la ciudadanía la capacidad de entrar como un elefante en
chatarrería a romper el Estado de bienestar y los derechos de los ciudadanos de
los que nos sentíamos orgullosos y
altamente convencidos.
Las decisiones
de esta semana pasada de hacer recortes importantes a nivel de Sanidad y
Educación donde se tocan parcelas fundamentales en el bienestar de los
ciudadanos, no dejan lugar a dudas de las lesiones profundas que se realizan a
los que menos tienen. La subida de las tasas universitarias nos hace
remontarnos a tiempos muy pretéritos donde solo cursaban enseñanza superiores
los que estaban bendecidos por una clase económicamente superior. Si las becas
disminuyen claramente y las tasas suben por otro lado el cangrejo cierra su
pinza dejando a los más necesitados a merced de su mínima suerte. Por otro lado
en Sanidad, los resultados provenientes
del copago, o el repago dicho de mejor manera, ataca igualmente a los
pensionistas y, lo que es todavía peor, a los enfermos crónicos y ancianos que
precisan los medicamentos para su subsistencia vital.
Pero entre
todas estas medidas me ha sorprendido y me ha cabreado lo que concierne a los inmigrantes
y a los sin papeles. Abandonar a ese colectivo tan numeroso al albur de sus
problemas sanitarios y sin prestación alguna con el criterio mayúsculo de que
no pagan impuestos, es de un desprecio y un ultraje para ese colectivo humano
que no tiene parangón. Solo los xenófobos convencidos y los “antisistemas” son
capaces de legislar de manera tan ruin.
Y todavía
tenemos que ver lo que falta por llegar. Es la implantación de ese modelo
social insolidario y retrógrado donde solo priva el dinero y el capital el que
se nos viene encima. Porque con la
justificación meridiana de los recortes y el economicismo mas brutal, se está
poniendo encima de la mesa un modelo social totalmente diferente al que entre
todos impusimos en este país.
Y, por ello es
fundamental que nos dejemos de palabrería barata y nos pongamos manos a la obra
para poner pies en pared y pararles los pies a estos insolventes del más mínimo
criterio social. Los sindicatos de clase convocan manifestaciones contra estas
agresiones y a ellas estamos obligados a acudir para con nuestra presencia
decir que estamos frontalmente en contra de estas agresiones. Pero yo hecho en
falta al PSOE en la calle. A los socialistas como colectivo, como fuerza política
de izquierda con su mensaje nítido y claro de defensa de los más débiles de nuestra
sociedad. Es fundamental, en mi criterio, la movilización ciudadana
frontalmente en contra de esta gente que escudándose en su mayoría absoluta,
quieren y pretenden eliminar de este país todo atisbo de solidaridad, de
igualdad, de decencia cívica y de apoyo a los que menos tienen.
Pedro Villagrán
22.04.12
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