06 diciembre 2011

HACE TREINTA Y TRES AÑOS


Treinta y tres años. Ni más ni menos que treinta y tres años. Un día para el recuerdo, para la satisfacción y para la esperanza en nuestro país. Han pasado muchos años y hoy debería ser un día de conmemoración, de celebración y de fiesta. En un país como el nuestro donde las cartas constitucionales han durado tan poco tiempo y siempre llenas de violencias y agitaciones y después de una dictadura de cuarenta años es un auténtico acontecimiento que una Constitución dure treinta y tres años. Y además una Constitución resultado del consenso y del acuerdo de la mayoría de las fuerzas políticas. Y además en unas circunstancias muy determinadas y con muy pocas dosis de libertad, pero con mucha ilusión puesta encima de la mesa por mucha gente con grandes dosis de patriotismo. Es cierto que en el 1978 la situación militar todavía no estaba resuelta, que las bandas fascistas todavía campeaban por sus respetos en la calle y que la Monarquía todavía no estaba bien asentada. Es cierto que hubo muy poca participación de los ciudadanos y que había todavía en el ambiente un raro tufillo antidemocrático. Pero a pesar de todo ello se consiguió una Constitución de consenso.

En la mesa de negociación no podemos olvidar que en un lado de la mesa se sentaron los ganadores de la guerra que tenían que ceder muchísimos privilegios, injusta e ilegalmente conseguidos, y en el otro lado los perdedores de la contienda que pedían igualdad y democracia. Tampoco podemos olvidar que el PSOE cedió mucho. Tanto como hacer tener que reconocer una Monarquía como modo de Jefatura del Estado (y además heredera del mismo Franco), una bandera distinta a la tricolor y, además, reconocer aquella mesa, donde se sentaban, como legal en todos sus términos.

Pero a pesar de todo se consiguió el acuerdo del que hoy celebramos treinta tres años. En este pasado puente estuve en Cádiz y allí me hice una foto con mis amigos en el Monumento a la Constitución del 1812. Allí me acordé de los padres de la Constitución del 78, la que ahora celebramos. Y recordé las grandes dificultades que en aquel tiempo pasamos. En mi hospital, por ejemplo, en todas las taquillas del vestuario de médicos pusieron pegatinas de “Constitución traidora” “Constitución ilegal” y “constitución indigna”. La derecha, como siempre se opuso a la Constitución. Esta derecha que hoy se le llena la boca de gritar la Constitución en aquellos tiempos la repudiaba. Eso son cosas que no se olvidan y por eso lo cuento y lo refiero. Para que la comparemos con episodios actuales a los que se opone y después, con el tiempo, los defiende como propios.

En la campaña electoral del 2004 ya llevábamos en nuestro programa la Reforma de la Constitución. La reforma del Senado, la sucesión en la Jefatura del Estado sin ventaja del varón sobre la mujer, la inclusión de los acuerdos europeos y el reconocimiento de las autonomías como forma de funcionamiento político del Estado. Se intentaron, en la anterior legislatura y en ésta pasada, y no ha sido posible, por la oposición del PP a cualquier cambio en el texto constitucional. Unas veces por unas razones y otras por razones mas variopintas.

Y es evidente que es necesario cambiar la Constitución para darle salida a muchos problemas que existen y que, además de los expuestos, son fundamentales abordarlos. Pero ellos, que para ello se llaman conservadores, se oponen a cualquier cambio en el texto.

Pero a pesar de todo ya tenemos un texto constitucional con una mayoría de edad suficiente para verla con la tranquilidad que merece y apostar con cambios de acorde con los tiempos que corren y con la situación política que vivimos, muy diferente de aquella España casi de blanco y negro, militarizada, antigua y rocambolesca que sufrimos en aquel lejano 78

¡!!VIVA LA CONSTITUCIÓN DEL 78!!!



Pedro Villagrán 06.12.2011

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