20 septiembre 2011

LA CAMPAÑA DEL PP





Siempre he tenido la rara percepción de que la derecha piensa que este país es suyo, de su propiedad. Puede ser una reminiscencia del mapa de España con respecto a los terratenientes (prácticamente de derechas) y las propiedades urbanísticas (igualmente cercanas a la derechona clásica). Como todo ello geográficamente y mercantilisticamente es suyo, piensan que el País es igualmente suyo.
Cuando vemos su discurso, por lo menos a mí, me da la impresión que hablan con una propiedad, con un desparpajo que parece que hablan de que todo les pertenece.
Yo me he dado cuenta cuando he tenido alguna responsabilidad política tener la percepción contraria. Cuando estuve de Presidente de Cruz Roja, allá por el 86, me sentía en aquella institución como un auténtico huésped, como si usurpara de alguna manera la legitimidad que yo realmente tenía. Y es sorprendente que en el Senado también he tenido la misma sensación. Es como si uno se encontrara interino, transitorio, accidental.
Sin embargo sorprende como la derecha habla con seguridad, con prepotencia, con auténtico poderío, como si fuesen los dueños de la situación. Y ello es terrible, además de sorprendente. Ello le da una seguridad y una firmeza a sus afirmaciones que realmente asusta.
Cuando González Pons, ese prócer del ingenio y de la cordura, habla de crear no se cuantos miles de puesto de trabajo nada mas que llegar al Poder, da realmente asombro el ver como se pueden decir tales sandeces e idioteces sin tan siquiera sonrojarse. Le da exactamente igual. Es su verdadera forma de ser, es su propia naturaleza. Decir una incongruencia como un castillo y quedarse tan fresco. Porque tiene tal control de la situación que hace parecer ridículo para cualquier oyente., menos para él.
Cuando Esperanza Aguirre habla de recortes en la Educación con tal desparpajo y, además, en víspera de una manifestación de profesores, solo se puede entender que es una imbécil, que es una irresponsable o que cree que el patio es suyo, totalmente suyo.
Arenas en Andalucía habla de su posible mayoría desde encima del caballo y mirando a la gente desde su atalaya de altura. Y habla como si el tiempo que hemos, y estamos, gobernando en mi tierra es el fruto de la injusticia y no de la democracia. Y uno se queda atónito mirándole sus aires de andares chulescos de señorito andaluz.
Si las cosas se desarrollaran como dicen los pronósticos tenemos las cosas crudas. Muy crudas. Y ello puede ser debido a que la alternancia política que se nos viene encima nos ha cogido con el pié cambiado. Pero no solo con el pié sino con el cuerpo destrozado.
El Partido se encuentra sin fuelle, sin genio y sin poderío. La Organización se encuentra endeble y sin tensión. Verbigracia para la confección de las listas solo han participado en las asambleas un número exiguo de militantes. Porcentajes en mi provincia que no llegaban ni al 20% de la militancia. Y yo me dido que si para elegir compañeros para una lista donde nos jugamos todo, o casi todo, tenemos una participación tan ínfima, ¿Qué pasará en la campaña? ¿podremos imaginarnos la participación en la Campaña?.
¿Y quien tiene la culpa de ello? ¿Quién es el responsable? Porque, es evidente que en política nada es casual ni nada es baladí.
No es el momento ahora para hacer análisis concienzudos y dar soluciones quirúrgicas, pero si guardar los recuerdos en la cajita de Pandora y sacarlos cuando tengamos que sacarlos. Ahora lo que tenemos que hacer es hacer piña con el Candidato e intentar trabajar en la campaña electoral para explicar bien a la gente lo que puede venir si fracasamos en el intento de mantener nuestros apoyos. Pero ahora habrá que ver como se organiza la Campaña y los mimbres que se utilizan para realizarla…porque como sea igual que en las municipales últimas la cosa estará mas que negra.
Yo soy optimista y creo que podemos cambiar las formas y remontar el vuelo, pero hay que trabajar y hacer una buena campaña. Esa es nuestra obligación.


Pedro Villagrán 20.09.2011

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