07 julio 2011

EL DINERO LO MUEVE TODO???


            Hay muchos por ahí que piensan que el dinero lo mueve todo. Y no dejan margen alguno para que haya algo sutil en el planteamiento. El dinero lo mueve todo.
        Pero en “la cosa pública” ese planteamiento debería de ser bastante secundario, por no decir casi inexistente. Cifras desorbitadas que se balancean, sueldos millonarios en políticos, en banqueros y en quienes deberían de ser defensores de lo público, bailan furtivamente en nuestra sociedad sin llamar la atención siquiera y sin recabar un rechazo de los ciudadanos.
       Que Rodrigo Rato cobre cifras abrumadoras como presidente de Caja Madrid, que el presidente de Telefónica cobre unos emolumentos totalmente escandalosos (con continuas revisiones a la baja en su plantilla de personal), que políticos al uso como Cospedal cobre tres sueldos bien remunerados, provoca, o mejor dicho deberían provocar un duro rechazo en la ciudadanía que llegara al desprecio. Muchos de nuestros conciudadanos califican como positivo esas cantidades ingentes de dinero que reciben muchos personajes de nuestra sociedad a pesar de estar pasando una crisis importante económica.
       El Presidente de la Junta de Andalucía ha presentado su declaración de la renta de los tres últimos años. Ha invitado en el Parlamento de Andalucía a Arenas a que lo haga y éste lleva ya mas de una semana en enseñarla. Que si la entrega a un Notario, que si la doy a la Presidenta de la Cámara pero para que no la haga público, que lo hará público cuando el lo estime oportuno… Total que cuando tarda tanto es que hay algo no muy normal en la transparencia obligada de la misma.
       Y es siempre lo mismo. Falta transparencia en los emolumentos que se perciben y cuando son públicos nos escandalizamos con ellos.
       España está pasando una crisis económica terrible. Y quienes debieran dar ejemplo de honestidad, de rigor, de austeridad  y de sobriedad parece que esto no va con ellos. Que esto no les atañe.
       Ante esos emolumentos escandalosos, nacidos simplemente de decisiones propias sobre los mismos, y ante situaciones contrarias a la transparencia, la ciudadanía es natural que rechace y que  rehúse esos planteamientos con una actitud de oposición y de desprecio a esas actitudes, totalmente insolidarias con quien lo están pasando mal en esta crisis y con la ciudadanía en general.
 Pedro Villagran 07.07.11

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