10 junio 2011

¿UNIDAD DE LA IZQUIERDA?

       Siempre en mi militancia sindical tuve a los compañeros de CCOO solamente como antagonistas en el nivel de la representatividad en las labores reivindicativas del sindicalismo. Nunca entendí esa dualidad de representatividad, defendiendo ambas organizaciones, UGT y CCOO, el mismo fin. Aun cuando, en la realidad, en las empresas, se les habla a los ugetistas de Comisiones y a los “cocos” de la UGT y braman como desaforados defendiendo sus siglas.
       Nunca entendí el porqué de la no realización de la “Unión Sindical” entre ambas organizaciones ya que, pasados los momentos de la casi obsoleta “lucha obrera clásica contra el imperialismo burgués”, luchan en las centros de trabajo casi  por los mismos criterios de reivindicación salarial, mejora de las condiciones de empleo, solidaridad, igualdad y participación, entre otros. Si luchan por lo mismo no  comprendo tales diferencias.
       Nunca fui, en política, de tendencias  frentepopulistas. Tampoco fui, evidentemente, anticomunista, como muchos que yo conozco y aprecio. Pero es evidente que en el día de hoy, con la oleada y el tsunami conservador que padecemos y con lo que, probablemente, va a venir, es un mal trabajo el no participar las organizaciones políticas de izquierda en un proyecto más o menos común.
       Solo el personalismo, tan próspero y aventajado en los actuales momentos y el mirarse el ombligo constantemente, hacen que lo ideológico, el proyecto político y la oposición, sin más, a lo conservador y a lo carca, pasen a un, bastante alejado, segundo plano.
       Me parece incomprensible que IU deje en manos de la derecha parcelas de responsabilidad donde los ciudadanos han votado  claramente para que la política la realicen fuerzas de progreso. Es totalmente incomprensible y, además, fuera de cualquier razonamiento político.
       Cayo Lara gritó, digo bien gritó y vociferó, en campaña electoral, que nunca, ni por acción u omisión, su fuerza política iba a dejar a gobernar a la derecha en algún sitio. Después de esa frase rimbombante todo el mundo se extrañaba que pusiese  verde al PSOE, criticando todo y diciendo, en mi criterio, barbaridades, inexactitudes y excesos dialécticos. Pero ha llegado el momento post-electoral y muchísimas instituciones que precisarían el apoyo de IU para hacer un proyecto de progreso, esta fuerza política apoya al PP. Incomprensible. Totalmente incomprensible. Repugnantemente incomprensible. Muchos de nuestros pueblos van a pasar a ser gobernados por la derecha porque algunos  hombres y mujeres de IU han decidido apoyar a la derecha. Hablan de personalismos y de formas anteriores en los socialistas, criticables para su criterio. Planteamiento vergonzoso para justificar una actitud indeseable desde cualquier punto que se le mire. Cuando en POLÍTICA (con mayúsculas) los criterios personales prevalecen sobre los ideológicos, los generales y los de proyecto político, aquella, la política, se convierte en una mezcla de intereses espurios, barrizal de intereses y mezcolanza de vergüenzas.
       El Anguitinismo, ese movimiento que realizó esa pinza que sufrimos los andaluces cuando Arenas pactó con aquel ínclito valedor de todas las  diversas ideologías, que se llamaba Anguita, fue un fracaso en esta mi tierra. Después de él, IU paso a a ser casi una fuerza cercana a la marginalidad en Andalucía. Y es que no aprenden. Que no aprenden. Cayo Lara habla de sanciones, de expedientes a los que rompan el planteamiento que defendió en campaña. Pero él sabe que las cosas son como son y no como debieran ser. Chiclana, Alcalá del Valle, Torrox, Baena, y otras tantísimas poblaciones, van a pasar a sufrir políticas conservadoras habiendo votado mayoritariamente políticas de progreso. Y eso tiene sus culpables y responsables…y no son los ciudadanos.
       Ellos sabrán. Ellos sabrán lo que hacen. Ellos sabrán con quién hacen las políticas y quien es su enemigo. Después se  quejaran de la mala imagen de los políticos y de la falta de confianza y credibilidad. Después gritarán y vocearán con frases, siempre de tazado grueso. Pero cada vez tendrán menos credibilidad y cada vez significarán menos.



Pedro Villagrán 10.06.2011

1 comentario: