14 mayo 2011

UNA LEY DE MUERTE DIGNA

       La salida del Consejo de Ministros del anteproyecto de la Ley de muerte digna es una demostración de que el Gobierno no ceja ni retrocede en hacer de esta legislatura, como en la anterior, un avance en las libertades públicas y en lo que se le llama “su agenda social”.
       Ayer noche estuve en un cumpleaños de una niña, Carmencita, afectada por un Down. Todos sus amigos y amigas se divertían en aquella fiesta que yo miraba con verdadera admiración. Se me acercó una chiquilla que trabaja  en una empresa haciendo fotocopias, otro chaval de diez y ocho años llevaba la contabilidad de una empresa, otros en otros menesteres.  Y allí bailaban felices en aquel cumpleaños. Sus padres, al enterase de mi presencia, se me acercaron y me narraban las grandes posibilidades que ha abierto el Gobierno con la Ley de Dependencia, lo bien que ha hecho en las subvenciones a los chavales afectos de Down  y su incorporación laboral, lo que se ha avanzado en ese y otros campos de la “agenda social”. Entre la verdadera emoción de ver aquella escena de los niños bailando pegados en música lenta  con corbatas de rayas y trajes grises  y aquellos padres reconociendo los avances sociales realizados en las dos legislaturas socialistas, me vinieron a la cabeza las malditas encuestas electorales totalmente injustas con la gestión del Gobierno.
       Ayer en el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley sobre la muerte digna. Este Anteproyecto sirve para proteger la dignidad de las personas en el proceso del final de su vida  y garantizar el pleno derecho a su libre voluntad en esos importantes momentos. En Andalucía y en Aragón esta Ley es ya una ley vigente afortunadamente. No es una casualidad que las dos sean comunidades gobernadas por socialistas pero esta ley que va a trabajarse garantiza el derecho de todos los españoles, vivan donde vivan, a tener el mismo derecho a un final digno.´
       No es una Ley de Eutanasia ni la Ley despenaliza la eutanasia.  Eso debe de quedar claro. Y ello es así porque ya vendrán los curas y sus acólitos y ya vendrán los de la derecha ultramontana para intentar confundir. Mi opinión es que esa Ley, que se va a elaborar, es insuficiente para las necesidades e penurias que sufren los enfermos terminales. Ello no debe llevarnos a pensar que estamos en contra. La política es llevar a buen término nuestros proyectos con los apoyos que se tiene y los apoyos que tenemos son los que tenemos. Convencer al PNV o a CUI de los beneficios de esta ley nos va a llevar a los que la trabajemos, a muchas y muchas negociaciones.
       Ya hablaremos de ella cuando llegue al Senado. Ya tendremos tiempo. Lo que quisiera es ver como mi Gobierno, el que yo apoyo sin fisuras, sigue trabajando en la igualdad para todos, en aportar seguridad a los profesionales sanitarios en este asunto de la muerte digna y que amplía, con esta Ley, derechos cívicos para todos los ciudadanos.




Pedro Villagrán  14.05.2011

1 comentario:

  1. Esta ley, en mi opinión es algo timorata. Además, y es de justicia, debería contemplar la prohibición de su aplicación a las personas opuestas a la mísma.

    Pedro Jiménez

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