18 mayo 2011

LA VERGÜENZA Y EL BOCHORNO

       En esta campaña electoral, vimos ayer un auténtico espectáculo. La plaza de toros de Valencia llena a rebosar y todos los personajes de la mayor corruptela de la historia de la democracia española vitoreando al corrupto Camps y a los suyos. Y liderando esa opción, y refrendando con su presencia, el Presidente del PP y candidato a presidir el Gobierno de España diciendo alto y claro que apoya sin titubeos al curita corrupto Camps. Es absolutamente incomprensible y le hace a uno dudar de lo más elemental en decencia de este tipo que se llama Mariano Rajoy.
        Pero lo más grave no es el apoyo o el rechazo de Rajoy a la corrupción en la persona de Camps sino el posicionamiento político, dicho alto y claro, que la posible mayoría sacada en las urnas limpia toda la mierda, la podredumbre y el estiércol de una gestión corrupta, anteriormente realizada. Ello es bastante peligroso para la democracia. Y además en un momento de inestabilidad financiera, de mutabilidad social, con un aumento claro del desempleo y con movimientos cívicos en la calle que demandan soluciones y piden alternativas claras y concretas que deberían tener respuestas determinadas.
       Esa amalgama de financieros pidiendo austeridad con sueldos escandalosos, de políticos corruptos que se ríen de la Justicia, de una sociedad donde los valores cada vez están más a la baja, de unos dirigentes políticos cuya mirada es cada vez mas corta y mas cicatera, hacen un ambiente que a veces se vuelve irrespirable.
       En mi provincia el caso GIL en Marbella, con mayorías absolutas continuas, refrendadas por la ciudadanía, y una gestión que todo alcanzaba a ver que  era altamente irregular pinta un cuadro de grave deterioro de la democracia imposible de olvidar. Igualmente el Alcalde de Alhaurín el Grande, también en Málaga, imputado por problemas económicos en su gestión y refrendado por el PP en su candidatura a la alcaldía de ese pueblo es otra pieza de este repudiable puzzle. Y dice ahora  Arenas que es inocente porque el pueblo lo avala y lo apoya. Eso es el auténtico desastre: el refrendar las organizaciones políticas a los corruptos y a los tránsfugas haciendo un lodazal inmundo del magnífico  y valioso mundo de la política.
       Un buen amigo mío, alcalde, me decía hace algún tiempo que la gestión algunas veces es complicada porque son mucha gente  la que está en ella, los hombres son buenos hasta que dejan de serlo y los controles y filtros para detectar las irregularidades algunas veces fallan. Por ello, continuaba diciendo mi amigo, que repudiaba esas malas circunstancias, es fundamental tener un Partido fuerte, ideológicamente  riguroso y enérgico, honesto y decidido para separarse lo más posible  de ese barrizal nauseabundo que todo lo pringa.
       El PP, en la plaza de toros de Valencia, ha superado la línea de la decencia y de la honestidad refrendando a la corrupción y al desatino de sus dirigentes valencianos. ¡!!Ellos sabrán lo que hacen!!! Se salvaran ellos, cosa que dudo, pero que no olviden que esas maneras lesionan gravemente al Sistema y a nuestra joven, aún, democracia.






Pedro Villagrán 18.05.2011

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