LA DERECHONA INCÍVICA

       La democracia, el sentimiento cívico, el pensar en los demás y el hacer lo que dicta la colectividad son unos aspectos más que importantes que la derecha nunca ha sentido como propios. Recuerdo aquella frase del ínclito José María Aznar cuando en una no se que peña vinícola decía aquello de ¡!!Viva el Vino!!! ¿Quien es Usted para decirme a mi lo que yo tengo que beber o no cuando conduzco?. Le faltó decir yo soy de España, de la imperiosa España, de que fue dueña de los cielos y tierras donde no se ponía nunca el sol… Son ellos  los que creen que el sentimiento antisistema es un sentimiento mas que importante, mas que elemental y capital, mas viril y decidido. Es la fuerza de la hombría y del patrioterismo simple  e incauto que habla de lo colectivo. Hay que ponerse cinturón en el coche en el asiento de atrás…pues no, lo viril, lo valiente y lo machote es no ponerse el cinturón. Como Rajoy con su cinturón.

       Es una situación que en este país siempre me ha llamado la atención. Criticar por criticar todo. Criticar, por parte del PP, de las ordenanza de disminuir la velocidad en las autopistas a causa de la crisis del petróleo es un asunto que llama la atención. Es un posicionamiento antisistema simplemente sin la más mínima racionalidad.

       Allá por 1974 hubo igualmente una crisis energética en el mundo occidental y a mi me tocó vivirla en Suiza. Estaba allí haciendo mi especialidad médica en el Ortopédico de Suisse romanda .En el Cantón de Vaud. Más concretamente en Lausanne. Recuerdo en una carretera un semáforo para cruzar un pueblo y se puso de rojo. Todos los coches frenaron, evidentemente, y estaban esperando que se pusiese en verde. El señor que estaba detrás de mí se bajó de su coche y cortésmente me dijo que  ue apagara el motor, que había crisis energética. Yo, como preocupado por mi incivismo, apagué el motor  y esperé los cuarenta o cincuenta segundos que el semáforo se puso en verde. Salí de allí preocupado por mi incivismo exagerado en suelo helvético

    Es una sensación de disentir de todo, de ponerlo todo e entredicho. Las cosa se ponen de una manera que hasta Fernando Alonso pone en cuestión una norma del Gobierno diciendo que a 110 Km por hora es una velocidad que en autopista duerme a cualquiera. Y lo dice como si tal el campeón del mundo en Fórmula uno. Se queda uno como sorprendido de tanta cuestión cuestionada siempre.

    Claro que es molesto ir por una calle del interior de una ciudad a 30 Kms. Por hora. Pero yo pienso que  si el Estado, el Gobierno ( no el PSOE ni Rubalcaba) pone una norma de circulación no lo hace con interés de fastidiar al conductor sino después de unos  severos y serios planteamiento que justifican un aumento de seguridad vial. Porque si pensamos otra cosa es que nos estamos volviendo locos.

    Pero éstos siempre tienen tendencia a lo individual y a lo muy primario y están, aunque digan muchas veces lo contrario, por un Estado empequeñecido y pobre y no un sitio donde todos nos respetemos y defendemos valores comunes.

Pedro Villagrán 01.03.2011