Es que ayer estaban de resaca. Las uvas se les podrían haber atragantado y el pavo se les podría haber subido a la cabeza. Pensándolo bien, igualmente lo podrían haber hecho ayer pero era primero de año y habría que levantarse tarde después de la fiesta.
Pero ya hoy Rouco ya se ha puesto sus galas, sus anillos con la pedrería fina, su boina colorada, sus cíngulos de raso rojo, se ha montado en el asiento de atrás de su Mercedes, y, seguramente, acompañado por su acólito Fernández Camino se han dirigido a la plaza de Colón para la magna concentración por la familia. Este Rouco que tiene tanta experiencia de cómo llevar una familia y como se llega a fin de mes, convoca una concentración por la familia cristiana, por la moralidad cristiana, por la Sagrada familia, por la familia ideal, según sus convocantes.
A esta hora que ésto escribo, ya estarán allí. Escucharán misa, cantada y concelebrada por una hartá de curas, oirán el mensaje del papa que les dirá que está con ellos (Estará en la cama en el frió palacio vaticano), aplaudirán a rabiar, gritaran eso de ¡Viva el Papa! contradiciéndose de gritar vivas a un jefe del Estado extranjero, presumiendo quienes gritan de un patriotismo exacerbado, de un fuerte españolismo. Las monjitas españolas y las latinoamericanas ( las más), darán colorido a la manifestación. Y después de todo eso, después de ese desayuno, empezarán a gritar las consignas. Empezarán a gritar “Zapatero dimisión” “Rubalcaba no se qué”, “Pajín no se cuanto”. Inmediatamente se iniciarán a gritar contra la Ley (Sí Ley) del aborto, contra la Ley( Sí Ley) de matrimonio del mismo sexo, contra la Ley (Sí Ley), contra la normativa (Sí normativa aprobada en las Cámaras) de la Educación para la ciudadanía…y así se irán animando. Pero hablarán y cantarán del preservativo, del condón? No lo sabemos, pero Rouco estará contento y Fernández Camino feliz. Muy feliz.Muy risueño.
Ya ha comenzado el Año. Ya están en la calle. Gritando y manifestándose contra el Sistema democrático y contra el Gobierno elegido democráticamente. Ya está ahí. Añorando tiempos pasado de Congresos Eucarísticos ( Yo nunca he entendido esa nomenclatura) con asistencias de enanísssssssssimos bajo un palio, llevado y portado por hombres de traje de faldas rojos y boinas coloradas.
A mi no me molesta en absoluto que se manifiesten y griten. No me importa nada de nada. Cuando era un crío en Jerez algunas veces había misiones. Eran como unos actos para cristianizar el mundo. Y en vez de irse al Senegal que se como peor, un cura, que me acuerdo que se llamaba Padre Lequerica, se venía por mi tierra(Que se come y se bebe mejor,por supuesto),gritaba cantando con todas sus fuerzas por unos altavoces a toda potencia a las seis de la mañana con una música que monocorde decía
El demonio a la oreja te está diciendo
No vayas al Rosario, sigue durmiendo…
Son los mismos. En aquel tiempo lejano yo me levantaba al Rosario de la Aurora porque Doña Petra, mi madre, consideraba que el asistir yo a ese acto tan obsoleto, era como un acto social obligatorio en una familia de orden y de respeto a las normas que estaban establecidas. Así podría poner yo en evidencia que mi familia estaba con ese orden nacional catolicista de mierda. Así podríamos, entre todos, sufragar la imagen de tener un padre rojo en aras de subsistir en aquella sociedad tan repugnante.
Son los mismos. Son los mismos. Pero nos basta saber que los reconocemos y no olvidamos.
Pedro Villagrán 02.01.2011
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