Mis amigos blogueros estarán mas que informados del papelón que ha desempeñado la Iglesia y concretamente la Diócesis de Córdoba en la gestión de Cajasur, la caja de ahorros que estuvo bajo el control de la Diócesis de Córdoba hasta que el Banco de España la intervino. Antes, en tiempo del Gobierno de José María Aznar, Cajasur pidió auxilio al Estado por no querer informar de sus, entonces posibles, desmanes a la Consejería de Hacienda de la Junta de Andalucía. Todos nos quedamos sorprendidos cuando en esa petición de amparo recibió el apoyo del Gobierno Central para impedir tales solicitudes de gestión económica. Pero ahora lo comprendemos todo. Una auténtica vergüenza. Castillejo, que así se llamaba, y se llama, el cura de Cajasur, su director general deja tras de sí una auténtica infamia de gestión de un organismo público. Sueldos multimillonarios, vergonzosas operaciones con la gente peor de esta tierra, ocultación de operaciones, etc. etc. etc. Una auténtica indecencia que ha llevado al Banco de España a intervenir Cajasur, subastarla al mejor postor, venderla a la BBK, impedir el ambicioso proyecto político de la gran Caja Andaluza, aspiración desde hace mucho tiempo del Gobierno Andaluz. El PP ha hecho de las suyas en este entuerto y ha participado en este desaguisado como todavía no se sabe en todos sus términos, porque es evidente que todavía hay mucho que investigar. Para empezar la BBK dice que el agujero era todavía mas gordo del que se descubrió y por el que se la vendieron y que todavía queda mucho que cortar.
Sorprende en demasía que un escándalo de esta naturaleza recaiga en los que hablan de los pobres, de la Iglesia austera, del Evangelio de Jesús, de los defensores del alma que desciende de Dios y además lo hacen con una voz grotescamente cándida y se dirigen a nosotros levantando la bandera de la honestidad y de la moral.
Todavía el escándalo de Cajasur no ha terminado y todavía se está investigando. El PP no quiere ni hablar del asunto y la Iglesia, la Diócesis cordobesa y sus acólitos esperan asustados lo que se le viene encima. Yo tengo siempre alguna esperanza en la Justicia terrena, hoy o pasado mañana, porque no tengo todas conmigo con la que viene de arriba.
La misma diócecis de Córdoba tiene bajo su responsabilidad la Mezquita de Córdoba. No se porqué eso es así pero en la historia de los tiempos, cuando la espada tenía forma de cruz cristiana, las conquistas y los trasiegos eran cosa muy subordinado a la fuerza de las armas. Eso es una cosa que sabemos todos. Al igual que el Estado y la Religión eran ( y algunas veces todavía lo es) casi la misma cosa y todo se transmitia de una misma manera. Pero lo cierto es que Cordoba se le conoce en el mundo por ser una escuela del año 900-1000 plural, por un gran proyecto donde las tres religiones monoteístas estaban mas que engarzadas. La mezquita, como edificio, se levantó en 780, setenta años después de la invasión árabe a la Península, y se hizo donde durante mucho tiempo los ocupantes musulmanes habían permitido que siguiera la iglesia mayor, llamada de San Vicente, luego compartida por los dos cultos, y finalmente absorbida, no se sabe bien como, en la mezquita que Abd al-Rahman I hizo edificar, comprando a los mozárabes su parte, para la creciente población musulmana de la capital de al-Andalus. Córdoba fue la sede del Califato Omeya y ocupó un espacio cultural dificil de alcanzar.la imagen mara En la actualidad todo el mundo conoce el edificio como la mezquita de Córdoba. Tiene culto cristiano y recibe ayudas de conservación de la Junta de Andalucía pero, igualmente, recibe por entradas sus importantes beneficios para la Diócesis de Córdoba. Desde hace tiempo, y cada día más, se le ha comenzado a llamar al bellísimo edificio “Catedral de Córdoba”. Se le ponen carteles de “catedral de Córdoba” y en la propaganda institucional así la llama. Aparte de un desconocimiento craso de la realidad histórica me parece que alguien debería llamar la atención a quien comete ese desaguisado cultural .Por mucho que se empeñen los curas con su obispo y por muchos apoyos que recaben, ese edificio será siempre llamado la Mezquita de Cordoba, conocida en todo el mundo por su belleza, su recogimiento y por su esplendidez artística única en el mundo. Ese estar tan cerca de los edificios y de las cosas terrenales por parte de las autoridades religiosas en vez del misticismo obligatorio religioso, bien pudiera estar relacionado con ese espíritu telúrico tan cercano al realizado en Cajasur.
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