Hace casi una semana que no escribo en mi blog. He estado unos días despistado con el asunto de la fiesta de Año Nuevo, el follón de las invitaciones y después el lío de Reyes. Los regalos, esto que le gusta a tal, lo otro a cual y aquel un niqui (como se escribe???) a la mujer de tal. Un auténtico embrollo. Las mesas para arriba,, las sillas para abajo. Esfuerzos y mas esfuerzos y yo que me he quedado totalmente jodido con un lumbago de padre y muy señor mío. Después hemos estado de fin de semana .Hemos estado en un sitio que es la cuna del Renacimiento de Andalucía. Las dos ciudades, en mi criterio, mas bonitas de Andalucía. Tres días en ese lugar y enclave te reconforta. Te llena de salud de piedras hermosas y labradas hermosamente. Y en esas ciudades tan maravillosas lo ideal es estar con amigos del alma. Hacía tiempo que no estaba tan maravillosamente con amigos de verdad. No solo viendo plazas llenas de ensueño sino con amigos hablando, mas hablando y mas hablando de muchas cosas y de política. De política. Ya estaba uno acostumbrado a que cuando se hablaba de política y se mantenía un criterio determinado, había que cuidarse las formas para no discrepar en lo mas mínimo del criterio de la persona con la que hablas.
Que impresionante es hablar, disentir en el respeto, diferenciarse en lo mas o menos superfluo y notar que se coincide y se concuerda en lo fundamental. Y así he estado yo estos días. Inyectándome parrafadas y mas parrafadas con debate incluido y con discrepancias superfluas que rayan en lo enriquecedor. Y además con el denominador común de la amistad, el compañerismo socialista, el criterio ideológico de la izquierda, y la razón común de la adhesión y el afecto. Y todo con mucho humor. Con el chiste mas o menos verde y el chascarrillo simplón y ocurrente.
Que impresionante es hablar, disentir en el respeto, diferenciarse en lo mas o menos superfluo y notar que se coincide y se concuerda en lo fundamental. Y así he estado yo estos días. Inyectándome parrafadas y mas parrafadas con debate incluido y con discrepancias superfluas que rayan en lo enriquecedor. Y además con el denominador común de la amistad, el compañerismo socialista, el criterio ideológico de la izquierda, y la razón común de la adhesión y el afecto. Y todo con mucho humor. Con el chiste mas o menos verde y el chascarrillo simplón y ocurrente.
Total que estoy hoy con un lumbago terrible pero todavía pensando lo bien que lo he pasado en Úbeda y Baeza.
Y después de estar en aquella aula donde Machado enseñó, de estar frente a la barbería y la farmacia. Después de pasear por los patios de la Universidad y pisar el Aula Magna de Baeza y ver paisajes urbanos y rurales de ensueño con mis amigos, ayer los encapuchados vuelven. Ayer dieron un comunicado donde demostraban, una vez más, que están mas débiles que nunca.
Siempre me ha gustado ir con la cabeza alta, con orgullo de lo que soy y de lo que represento. Poquísimas veces me he escondido y , además, odio las maquillajes, los tapujos y las hipocresías. Meto en un mismo saco los capirotes de los nazarenos, los asquerosos racistas del Ku-Kus-Klan, y los que se tapan la cara con una media para atracar un banco. Todos en el mismo saco. Pero estos de la ETA tienen una estética medio cateta y medio macarra. Una boina grande encima de una capucha es impresentable, aunque solo fuera desde el punto de vista estético.
Y desde esa imagen tan caduca y tan cobarde piden negociación y se hacen representantes de un pueblo tan magnífico como el vasco. Y además lo hacen con mas de ochocientos muertos a sus espaldas. Y hablan lo de siempre. Piden lo de siempre. No tienen ni la más mínima acción de cambio.
Lo único que tienen que hacer es quitarse las capuchas y txapelas, que se le vean los labios y los ojos. Lo que tienen que hacer es hablar, mas o menos, en los mismos parámetros que hablamos todos. Tienen que enterarse que son una minoría en el habitat donde están incluidos. Y tienen que entender que como cualquier hijo de vecino si se está en la minoría se tiene que acatar la mayoría. Tienen igualmente, por lo tanto, no compensar su estado de minoría con la fuerza de las armas. Y tienen por lo tanto, entregar las armas y, además, trabajar en la Política sin la menor violencia. Con la Paz.
ASÍ QUE APAGA Y VAMOS!!! Los terroristas a sus cavernas y a sus disfraces. Y los que quieran entrar en política que lo hagan como todos. Acatando las normas democráticas que nos hemos dado y a las que nos sometemos.
…Pero que diferencia esa imagen de esos tipos con la txapelas y las capuchas hablando de cosas tan irreales y los tres días que he estado con mis amigos hablando de política y contando historias alegres, divertidas y geniales.
Pedro Villagrán 11.01-2011
Pedro Villagrán 11.01-2011
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