16 marzo 2010

LAS MUJERES ROJAS EN LA REPRESIÓN

Mi amigo ...... vive en el Norte de la provincia. Tengo un amigo en un pueblo del Norte de la provincia de Málaga. Lindando con la de Córdoba. Tiene ahora 74 años y fué alcalde socialista en los 80. Es un tipo honrado, bueno y cabal. Tiene muchas virtudes y un defecto: No olvida. Tiene una memoria fotográfica de su niñez que no puede, ni quiere, borrar. Su pueblo, me dice, cuando entraron las tropas fascistas, cuando los ricos del pueblo se hicieron de nuevo con el Poder, cuando empezaron a dar paseos a los que habían tenido algunas simpatías con la República o habían pertenecido a algun sindicato o algo parecido....pasaron cosas horribles.
Mi amigo, ya no como alcalde sino como Secretario General, tuvo que negociar alla por los 90 con el PP para dar estabilidad al ayuntamiento de su pueblo. No era un pacto de Gobierno sino un pacto de estabilidad. Le dije que tenía que sentarse con el representante del PP en su pueblo y hablar con él. De allí, de esa conversación, saldría un acuerdo que yo había ya sondeado y era factible. Solo faltaba que mi amigo lo llamara y se sentaran. Pasaban los días y la reunión no se celebraba.
Lo llamé y comola cosa estaba difícil, fuí a su pueblo a enterarme que pasaba. ¿Lo has llamado? le pregunté. Me contestó negativamente. Lo miré a los ojos y vi que sus ojos estaban enrojecidos. Me tenía mucho cariño, y respeto político y noté que me ocultaba algo.
¿Que es lo que pasa? ¿Porqué no lo has llamado? Me miró serio y me hizo una pregunta que me hirió totalmente: Pedro, ¿Tu has visto a tu madre pelona?. Sentí un escalofrío como el que ahora siento.
Aquel tipo del PP con el que tenía mi compañero que hablar para aquel tema político de su pueblo , era hijo del jefe de Falange que entro alli en el 1938. El Jefe Local de Falange. El padre de mi amigo huyó, naturalmente, del pueblo ya que era concejal socialista. Pero su madre se quedó con su familia, defendiendo su hogar. Y el padre de aquel tipo del PP, el falangista, ordenó hacerle algo a su madre para que quedara claro que era mujer de rojo y perdedora: La peló al cero. La rasuró. Igual hicieron con todas las mujeres hijas o compañeras de rojos.
Pedro ¿Tu has visto a tu madre pelona?
En aquella mesa de aquel bar, sentado con mi amigo se me heló la sangre. Lo comprendía totalmente. Entendía absolutamente su actitud y su rechazo a cualquier conversación con aquel tipo. Yo tambien vi en mi Jerez de la Frontera, allá por los 50, mujeres peladas que decían que las rapaban por las pulgas y los piojos. Pero no. Era por ser compañeras o hijas de los perdedores. Mujeres de rojos. Estigmatizadas de por vida.
En aquella represión posterior a la guerra a las mujeres se les represalió de una forma brutal e ignominiosa.
He querido contar una historia que me tocó de cerca y, un homenaje a mi amigo, del que prefiero no decir su nombre por no señalar a su familia. Mi homenaje a ellos, a los que tienen que convivir con todo el mundo en nuestros pueblos como si nada hubiese pasado. A ellas, mujeres consortes de vencidos y rojos, que con su silencio actual forjan una situación casi de olvido de las muchas situaciones que sufrieron y de las múltiples vejaciones que tuvieron que soportar por parte de aquellos indeseables.





Pedro Villagrán 16.03.10

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