Es
sorprendente, y realmente vergonzosa, la actitud que ha asumido la derecha
ridiculizando, mofándose y criticando con saña a José Luís Rodríguez Zapatero.
Porque es una conducta totalmente común
que en los medios, en los coloquios y en las entrevistas los tertulianos
no pierdan oportunidad para criticar al anterior Presidente del Gobierno y
hacerlo de una manera soez y totalmente desconsiderada. Ayer estuve en una de esas
reuniones de estas fiestas con compañeros de profesión en una cata de vinos.
Uno de ellos sin mediar palabra me espetó que había visto mi página de FacebooK
y que en ella no comprendía como yo estaba en una foto con Zapatero con el
brazo sobre su hombro. Con total tranquilidad dijo que no comprendía como
estaba yo con un tipo como aquel. Este compañero(en el arte de Hipócrates),
cabalga por los campos del conservadurismo mas recalcitrante y además, presume
de ello con su palabra mas que ligera. Después de aquello le respondí un poco
desabrido y me quedé un tiempo meditando un poco el incidente.
La prensa de
la derecha, la reacción de este país a todo lo que signifique progreso, la Iglesia con sus
influencias y la caspa y la naftalina de este país ha creado una imagen
distorsionada sobre la figura de nuestro anterior Secretario General y
Presidente de Gobierno. Y esa imagen totalmente repugnante y aborrecible ha
calado en la ciudadanía y ha tocado también a muchos de nuestros votantes. Que
mis amigos médicos agarren esa hechura de Zapatero hasta se comprende, dentro
de su estilo de hacer política distorsionada, pero que gente de los nuestros
hagan la crítica tan desaforada que hacen algunas veces es harina de otro
costal.
Pero ha
calado. Ha hecho mella ese concepto de ineptitud, de incapacidad y de
incompetencia. Desde aquello de Rajoy de “tonto solemne” del 2004 todo fue
aumentando en un artilugio y mecanismo asqueroso, calando y calando. Como una
gota malaya constante se sigue dando las opiniones tan desacertadas y tan
faltas a la realidad sin la más mínima honestidad ni rigor en los planteamientos.
Se dicen las cosas como porque sí, y como nadie responde la aseveración falsa,
queda como una realidad suprema.
En el día de
hoy, con casi un año del Partido Popular, con las calles llenas de gente
protestando, con mas paro que nunca, con la prima de riesgo por las nubes, con
los recortes brutales en Sanidad y Educación, con el problema autonómico mas
enfollonado que nunca y con el Gobierno haciendo aguas por todas partes, el PP
solo habla de la herencia recibida y más herencia recibida. Es lo único que
dice. Pero sin embargo la derechona y sus acólitos hacen creer, y sin ninguna
razón objetiva, en la foto fija y caída de José Luís Rodríguez Zapatero. Y no
tienen ni puta idea de política ni nada que se le parezca pero la cuestión es
hundir al adversario, dar el mamporro con el sarcasmo, el retintín y el
escarnio como bandera. Repugnante, amigo bloguero. Y después viene otro, y de
los nuestros, que se la da de listo y habla de pedir perdón. Y uno tiene que
aguantar las cosas que se están viendo, Repugnante, amigo bloguero. Totalmente
repugnante.
Abro el País
Digital. Rato, imputado en el caso Bankia, declara en la Audiencia Nacional.
¡Digo ahí está el Sr. Rato! El exPresidente del Fondo Monetario Internacional
con tan buena pinta y un aire tan elegante,
declarando ante los jueces por el desfalco mas grave de la Economía Española.
Ahí está el Sr. Rato, vicepresidente del Sr. Aznar. El total todopoderoso
económico tan listo y tan sabio. Ahí está el Señor Rato, la mano derecha de
Aznar que le despreció ser el candidato del PP. Ese si que es inteligente,
honesto, lucido, con cara inteligente y con una pinta magnífica. Ese si que es
un político de verdad y no otros que no supieron ver la crisis a tiempo.
Últimamente la
política la veo con mucha preocupación pero sin cabrearme mucho. Me preocupa la
gente de mi Partido y su maleabilidad con los acontecimientos que nos rodean.
Pero además de los compañeros de mi Partido me preocupa la gente de este País.
Su falta de criterio y su ausencia de actitud de una política de sensatez, ya sea de progreso o de
simple reacción.
Pero a mí se
me ha quedado grabado. Por un lado el
episodio de ayer, en la cata, con la crítica sin más y sin razón a Zapatero de
aquel compañero mío. Y por otro lado ver esta tarde al elegante Rodrigo Rato
con su abrigo Camel tan altivo y con tan buena presencia entrando en la Audiencia Nacional
con la ausencia de Televisión Española para inmortalizar el momento. Ambos
momentos son para ponerlos enfrente, y llenarme sin querer de desazón y de poca
esperanza en este País.
Pedro Villagrán
20.12.12
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