
En la jornada de huelga de hoy las calles han sido tomadas por los ciudadanos. Soy bastante torpe para calcular el número de asistentes a las manifestaciones y por ello no me decanto. Reconozco que me ha sorprendido la cifra de 80.000 asistentes en Málaga pero el dato viene de fuentes bastante asépticas. Lo cierto es que había muchísima gente en la manifestación de mi ciudad. Muchísima gente. La gente se ha echado a la calle. He observado a mucha gente de cerca. He saludado a muchísima gente y a muchísimos compañeros pero también quería saber si había gente no usual en esto de las manifestaciones. Si, había mucho ciudadano normal manifestándose y he percibido que muchas madres con carritos y niños dentro, muchas personas mayores y muchos jóvenes han manifestado su desaprobación en la calle a las medidas del Gobierno. Les miraba sus caras y les veía comprometidos con la Manifestación.
La injusta Reforma Laboral que nos quieren imponer es una reforma para siempre pues no se dice nada de que sean medidas temporales. Los que son jóvenes hoy sufrirán igualmente dichas draconianas medidas durante toda su vida laboral. No se cambiaran con el tiempo. Los derechos conquistados se eliminan de un plumazo. Los despidos fáciles, los contratos basura y los recortes en las relaciones laborales serán para toda la vida la forma de funcionar con los trabajadores.
Pero esas agresiones al mundo del trabajo parece que han hecho mella en los ciudadanos. Parece que se han dado cuenta que este Gobierno está a dispuesto a acabar con todo lo que hemos conseguido después de mucha lucha. Perece que se han dado cuenta. Y la manifestación en Málaga con tal multitud en la calle demuestra una verdadera inflexión en el estado de la ciudadanía. Y ello, en mi criterio, es más que importante.
Esa sociedad regresiva con limitaciones al derecho de huelga, con una reforma laboral antisocial impuesta, con un ataque a lo público, a lo de todos, a la Sanidad y la Educación públicas, con restricción de derechos y libertades públicos es la que nos quiere imponer el Gobierno del PP. Pero no solo es eso. Los asuntos de la moral cristiana, la reforma de la Ley del aborto, la Educación para la ciudadanía, el copago, la defensa de lo liberal y de lo privado, la disminución de las becas, el aumento de los impuestos gravando más a los que menos tienen etc. es una morterada de medidas que van a hacer de nuestro país de nuevo la famosísima reserva espiritual del Occidente. Es volver al siglo XIX social, económica y moralmente.
Y yo creo que la gente se ha dado cuenta ya de lo que está pasando. Y la gente ha visto hoy a la policía en la calle como hace muchísimo tiempo no veía, haciendo del problema de una huelga general un problema de orden público y no un asunto laboral. Y la gente ha visto hoy las calefacciones en los sitios públicos a toda pastilla y las luces del alumbrado encendidas a las 12 del mediodía para aumentar el consumo. Y yo creo que eso es importante. Es importante que la gente los conozca ya.
No han llegado ni siquiera a los cien días para ver de que pasta están hechos. Ni siquiera merecen la gracia de los cien días. Son así. No son de más carne.
La realidad es clara: Las calles llenas de gente que gritan contra el Gobierno del PP porque se han dado cuenta de lo que quieren y de lo que pretenden. Quieren, ni más ni menos, que una sociedad injusta y desigual y muy diferente de la que tu y yo defendemos.
Pedro Villagrán
0 horas del 30.03 2012
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