20 junio 2011

UNA AUTÉNTICA DESVERGÜENZA POLÍTICA

       Estamos convencidos de que los cauces democráticos en los que estamos inmersos son mejorables. Eso es evidente. El apoyo ciudadano a las siglas y a los principios de los partidos políticos, realizado en las consultas electorales, es digno de todo el respeto desde los que, con buen fin, defendemos este sistema democrático que disfrutamos, o mejor dicho, habitamos.
       Los conservadores votan siempre conservadores. Eso está más que claro. Ese voto de la derecha proviene del mundo conservador que vota siempre lo mismo aunque el candidato que le presenten sea un impresentable, como el caso de Valencia, Murcia, Alhaurín el Grande, lleno de irregularidades e incluso, como los antedichos, en manos de la Justicia. Ellos, los conservadores, no tienen el simple pudor de retraerse en sus posicionamientos y votan eso, su derecha de siempre. Los partidos de centro (nacionalistas diversos y otros) votan con un voto moderado y centrista y el personal que les vota lo ha hecho algunas veces con los socialistas, otras vota derecha y otras votan centro simplemente. El voto socialista es un voto ideológico de cambio social, un voto humanista, de  moderado cambio social y limpio. Este voto se nutre muchas veces de afluentes del centro sociológico y, otras, de la izquierda comunista y similares. Sin embargo el voto de Izquierda Unida ha sido,  y es,  un voto fijo que siempre dirige sus intenciones contra el mundo conservador, contra la derecha implantada en nuestra sociedad.
       Es evidente, y conozco el tema por tener muchos buenos conocidos en esa formación, que cuando un votante de IU ejerce su derecho al voto, siempre vota en contra de la derecha, en contra de lo conservador y en contra de lo que significa el mundo de lo liberal y de lo sumiso. Es un voto rebelde y terco que se ha presentado, casi siempre, contrario a lo establecido, laico y anticonservador.
       El posicionamiento político de las bases y de los dirigentes de IU en Extremadura es de una incoherencia política tal que es un auténtico fraude ideológico. Los extremeños que votaron en las últimas elecciones a esa fuerza política nunca pensaron, ni por asomo, que sus dirigentes iban a dar a la derecha el Gobierno de la Junta de Extremadura. Ni lo pensaron ni lo entienden ahora. Porque ellos votaron lo que votaron: una fuerza de oposición clara a la derecha y un posicionamiento político comprometido con el progreso. Por lo tanto la actitud de la militancia de IU y sus dirigentes han cometido una auténtica estafa ideológica con los principios del ideario de esa formación política.
       Quede claro que su posicionamiento es legal y correcto desde el punto de vista de lo justo. Ellos tienen la capacidad de decidir y así lo han hecho. Pero quien apoya a la derecha y al mundo conservador en sus planteamientos reales, a pié de obra, no es otra cosa que un miembro más de ese oscuro mundo o un farsante digno de las  peores secuelas.
       Hablan de estar muy quemados con gobiernos anteriores de la Junta de Extremadura, de que si fulanito o menganito lo hizo mal y otro peor… No es justificable. Cuando las líneas ideológicas de la Política se hace desde los personalismos y lo parcelar, sin ver  la amplitud de miras, lo general y lo amplio, la Política se empequeñece y solo  aporta lo mezquino, lo fragmentario y lo superfluo. Y eso nunca lleva al buen fin porque torticero es, y ha sido, el camino.



Pedro Villagrán 20.06.2011  

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