17 marzo 2011

LA ACTITUD DE ALGUNOS

     


      Siempre he presumido de ser muy amigo de mis amigos. Me encanta estar con ellos alrededor de un buen vino, mofándonos de la vida y riéndonos de cosas importantes para después, cuando se habla en serio, puntualizar y aseverar criterios coincidentes.
       Tengo pocos amigos. Tengo muchos conocidos con los que participo en coincidentes posturas. Igualmente con compañeros antiguos de trabajo, conocidos desde mi infancia y juventud, compinches de ilusiones comunes…y amigos de verdad. Cinco, quizás seis… son mis amigos de verdad. Y una cosa: todos mis amigos son militantes del PSOE. Todos. Pero no por ser militantes (que no afiliados) puedes pensar, amigo bloguero, que piensan igual que yo. La discrepancia y la pluralidad es prácticamente la norma que seguimos siempre en nuestra relación personal. Y ello es muy importante. Son mis amigos a los que aprecio como son y como sienten, aunque choquemos muchas veces  en nuestras apreciaciones políticas.
        Milito en el PSOE desde el 1979 y en la UGT desde 1977. En toda esa larga militancia he conocido muchas personas, muchos compañeros y ha dado la buena casualidad que todos esos  amigos míos, todos esos de los que hablo, todos ellos son de mi misma organización política. Y con todos tengo una relación personal importante y política también. La discrepancia, la disidencia y la pluralidad de planteamientos es la pauta normal  de funcionamiento entre nosotros y sobre todas ellas prevalece la amistad y  el encuentro agradable  y confortable de posicionamientos diferentes. Y ello es válido porque hay unos principios esenciales y básicos comunes entre todos nosotros en los que no tenemos la mínima disidencia.             Mi partido político, el PSOE, me ha dado a mí muchísimo más que yo a él. Yo le he dado mi militancia longeva, mi lealtad a sus principios políticos y una disciplina a sus estatutos. Él me ha dado el foro de expresión de mis planteamientos políticos, un espacio para desarrollar mi actividad política, la designación de un puesto cívico y político como es la Presidencia Provincial de la Cruz Roja Española entre 1986-2000  y me ha colocado dos veces en listas electorales para el Senado en las elecciones del 2004 y en las de 2008.
     Tengo que agradecer a mi Partido el que mi estancia en el Senado me haya  dado la posibilidad de conocer el Partido a nivel Federal, con sus problemas, sus dificultades  y sus muchísimas virtudes. Y también tengo que agradecerle el haber tenido la posibilidad de conocer compañeros mas que interesantes. Recuerdo nombres que me vienen a la memoria que por simple modestia y discreción me callo pero ellos saben mi aprecio y admiración hacia ellos. Ese conocimiento también se lo debo a mi Partido.
      Almorzando el otro día con uno de ellos, me contaba en absoluta confianza,  las disidencias y los desencuentros en su agrupación local con listas alternativas, con actitudes políticas que le llevaban hacia posiciones cercanas a la  humillación que concluían con un apartarlo de las próximas listas electorales. Mi compañero, cuando me lo contaba, tenía los ojos ligeramente enrojecidos  y su voz se ponía un poco quebradiza. Pero ni una sola actitud nociva para la Organización. Hablaba de proyecto, de ciudadanía, de discrepancias de planteamientos pero por encima de todo ese lío, por encima de todo ese follón, estaba el PSOE como vehículo político de vertebración ideológica.
      Mi compañero senador no ponía encima de la mesa ni la mas mínima crítica a la Organización, desando que todo fuese preferible sin él y esperando que esa decisión fuese mejor para el Partido, para los compañeros y para la ciudadanía que necesita un modelo de sociedad que solo el Partido se lo puede dar.
      Cuando salí del restaurante hacia el Senado me preguntaba que hacía yo en aquel sitio y con aquel compañero senador que me contaba sus congojas. Y me di cuenta, simplemente,  que él  era de los míos. Me recordó a otros compañeros heridos políticamente  también por parecidas circunstancias. Y de esa actitud serena, fuerte, llena de vigor y de amor al Partido.
      Y me hizo pensar tambien con desazón y con un gran sinsabor  a algunos compañeros de mi provincia, de  Málaga donde  se ha decidido por parte del Partido que no vayan algunos  en las listas próximas. Y ellos  lo que hacen como respuesta  a esa decisión del Partido, es poner trabas, hacer política contraria en la campaña , hacer del fastidio y de las malas formas un marco normal de funcionamiento en los momentos en los que estamos. donde todos , todos, todos, deberíamos arrimar el hombro. Ello es penoso y debería tratarse con el maximo desprecio tal negligente actitud.
      Si cuando  se termine la legislatura alguien me ve con el rostro triste y crispado por no ir en una lista, aquí tiene el sitio para recordármelo y criticármelo.  Puedes tener la seguridad, amigo bloguero, que no frunciré  el rostro ni me dolerá en absoluto la actitud que se decida por parte de los Órganos del Partido aunque en esas decisiones yo sea relegado en mis demandas. Seguiré, de un modo u otro, en política defendiendo lo que siempre he defendido e intentaré ser una pieza importante en la campaña para atraer el voto de la ciudadanía hacia nuestras siglas.




Pedro Villagrán 17.03.2011



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