07 diciembre 2010

MALAGA LA ROJA

     Siempre se la llamó Málaga la Roja. Al que le llamaban  "Centinela de Occidente" también la llamaba despectivamente así. Con ese desprecio se le llamó durante toda la Dictadura. Desde dentro, desde su nueva sociedad, se le rememoraba  como "Málaga Cantaora" por los buenos artistas del flamenco que dió la tierra. Los capillitas le llaman "Malaga cofrade" y se enorgullecen de tener muchíssssimas cofradias de pasión y de gloria. Aquí se ha creado un enjambre y un lio de costaleros, cofrades, hombres de trono, capillitas, personal de la Adoración nocturna, hermanos mayores, etc.etc que configuran un tinglado enorme de personas con la religión y la actividad religiosa por bandera. 
      Francisco de la Torre, el alcalde de Málaga ,forma parte de ese conglomerado cristianísimo de personas que hacen de Málaga una ciudad donde predomina la religón sobre lo eminetemente civil.
    Quien ésto escribe no pide que el fenómeno religioso desaparezca de nuestra sociedad totalmente sino que se se le de el espacio que realmente merece en el marco de lo estrictamente íntimo, y estoy totalmente en contra que los poderes públicos prioricen lo religioso frente a lo cívico. En mi Málaga si se hace un puente nuevo se le pone el nombre de Juan Pablo II y yo no entiendo porqué ese nombre tan lejano de un Papa que me extraña la relación que tuvo con Málaga. Que se pone un nuevo puente sobre el Guadalmedina, pues "Puente de la Misericordia" Otro puente "Puente de la Esperanza". Y así sucesivamente.
    El Alcalde, capillita donde los haya y creyente a machamartillo hace de Málaga un auténtico redil de la religiosidad cristiana, poniéndole, sin parar, sitios públicos muy preferentes  a la hermandades de Semana Santa, monumentos a monjas y curas sin ninguna referencia social, calles con nombres de vírgenes, santos y beatos a doquier. Málaga es realmente un convento andante como dijeron los franceses que nos visitaron  para decidir la Capitalidad Europea de la Cultura. Malaga está hecha un auténtico monumento a la religión, al credo y al dogma. Lo público está comido por lo que significa la Religión.
    Esperemos que todo ello cambie. Que todo esto tan antiguo, tan irreal y tan ultramontano pueda cambiar con personas nuevas, de otro talante y de otras miradas. Esperemos que en el futuro cambie ese auténtico espectáculo religioso-cristiano al que tenemos que soportar. Yo realmente creo que se tienen los mimbres para llegar a ello. Solo falta que se confecione el cesto de la mejor manera.



Pedro Villagrán 07.12.10
    

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