16 abril 2010

AGAR-AGAR (un buen caldo de Cultivo para los patógenos)

   El que se casó en el Escorial, como los Reyes, sale poco a poco a la palestra. Ya han salido los invitados al evento aristocrático, uno a uno, y así van saliendo todos los entresijos de la Gurtel.

¿Que hacía "El Bigotes" firmando como testigo de honor en ese tan elevado espectáculo.? Ese sublime espectáculo matrimonial donde hubo una gran polémica, segun cuentan. Los doseles en la Iglesia de los Reyes y los de Aznar quería la Botella que fueran a la misma altura. !!!Vaya por Dios!!!

Segun cuentan en la rumorología de la política ,Agaz es hoy uno de los mas influyentes personajes en las transaciones económicas y de influencia. Bien, bien,bie,bien....hombre. Vaya forma de hacer negocio.

El juez poco a poco y tirando del hilo y van saliendo las tramas familiares del patriota Aznar y de las influencias de su familia. Vamos a ver por donde sale el amor al Estado y a la Patria que tiene esta gente.

A todo ésto, un chiste

Le dice José María Aznar a su hija:

----Niña, cuando tengas una hijo, si es niña, no le vayas a poner Francisca.
A lo que le responde la hija
----Porqué papá???
----Porque le dirian en el colegio "PA..CA´AGAR AZNAR

Mañana habrá otra

Pedro Villagrán 16.04.10

1 comentario:

  1. Llevas razón, Pedro. Y, ya que los tenemos localizados en ese disco de Petri, como es el sumario del Gürtell, y dada la variedad de la flora patógena, debemos, entre todos buscar un antibiótico de amplio espectro, para limpiar este cuerpo social de tanto germen maligno.
    Y no es tarea fácil, dado el nudo de intereses que se entrecruzan en el caso y la cantidad de interesados.
    No podemos ahora dejar que la cortina de humo de Garzón oculte el auténtico nudo gordiano del asunto: el caso Gürtell. Los que encausan por prevaricación a Garzón, saben perfectamente lo que hacen, y el entramado es tal que, tanto Garzón como sus querellantes están siendo utilizados para la consecución de su propio fin, como es la anulación del Gürtell.
    Quieren hacernos caer en el dogmatismo de aceptar sin más las decisiones judiciales, aun cuando sean a todas luces contrarias a derecho. El dogmatismo hace mucho daño a la democracia. Independencia del Poder Judicial y del Tribunal Supremo sí. Yo soy el primero en defenderla. Pero los miembros y magistrados que los forman también están sujetos a la Ley y a la opinión pública. Y como ciudadano tengo a derecho a exigir que esa independencia se mantenga desde la más clara transparencia y con criterios de eficacia. Y, en esta ocasión, no podemos aceptar el escándalo de la imposición de unos criterios determinados sobre la racionalidad de los hechos. Y digo escándalo, porque la sociedad está escandalizada.
    Mi más cálida defensa y mi más firme adhesión a todos los que acudieron y participaron en el reciente acto en la Universidad Complutense de Madrid.

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