25 marzo 2010

LAS ESCUCHAS ILEGALES

      Buen chiste el de Peridis hoy en "el País". 

    Y no es mejor chiste  que el que hacen los miembros del Tribunal Supremo con el tema de las escuchas telefónicas. Esta ciudadanía española creía que ya lo había visto todo pero todavía quedaba algo por descubrir. Y eso era la auténtica desfachatez de declarar escuchas ilegales las del caso Gurtel. Y ya,claro, si va el caso Gurtel, detrás igualmente va el caso Matas. Ambos casos, al igual que el caso Naseiro, por ese manido tema de las escuchas ilegales, caerán en el auténtico baúl de los recuerdos.

    Pero lo que mas sorprende es que los jueces no sean conscientes de lo peligroso que es andar con ese fuego. Es mas que notable que altos magistrados de la altura intelectual que se les supone, no entiendan las nocivas consecuencias que pudieran tener ejercitar  acciones totalmente apartadas de la justicia y amparadas en la misma.

    Acabo de llegar de Madrid. He venido en el AVE. Venía totalmente lleno el vagón . He estado rodeado practicamente por un grupo muy diverso de personas. Han terminado de leer la prensa y han comenzado a hablar de política. Empezaron hablando del tiempo, después de la crisis, de los políticos....bueno lo normal.

     Yo estoy acostumbrado a viajar así. Me pongo a leer mi periódico y allí me escondo. No hablo ni palabra. Pero todo ha derivado a hablar  de la Justicia. De Camps, de Correa, de Aguirre, de Matas....y de los jueces.

     Los que hablaban entre ellos eran gentes normales. Podríamos decir  ciudadanos con parejas en el viaje, profesionales, empresarios. Todos, todos ponían a parir a los jueces. Todos hablaban de la injusticia que realizan los jueces. Todos criticaban las actitudes que realizan los jueces. Y eso es verdaderamente peligroso, bastante peligroso. 

       Cuando la Sociedad, viendo lo que está pasando, dude de una Justicia correcta para todos, el Sistema cae en picado.

     Los pilares mas fundamentales e importantes de un sistema democrático que se precie ,están en el funcionamiento correcto de la Justicia. Ella, la Justicia, es la que nos hace iguales y con los mismos derechos y obligaciones. Pero es fundamental que ese espíritu sea cuerpo fundamental del pensamiento de los ciudadanos. Si los ciudadanos no creen en la Justicia y creen que es distinta para los fuertes y para los débiles, todo se cae como un castillo de naipes.

    No saben las altas magistraturas de los jueces a que están jugando y lo mal que lo están haciendo. Difícil será recuperar una imagen perdida por unas  actitudes que nadie entiende y que es dada por unas autoridades judiciales que no merecen, a buen seguro, la sociedad a la que ellos están obligados a servir.

Pedro Villagrán    26.03.10

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