28 marzo 2010

LA LOCURA DEL PLENILUNIO

     Hoy es Domingo de Ramos. En mi tierra se vuelven locos. Los capillitas visten a sus cristos y a sus vírgenes. Las calles se llenan de gente y todo parece una fiesta. Málaga es un jolgorio completo. Las calles son ocupadas por sillas para ver los cortejos procesionales y rezuma un marco de color, de incienso, de música de marcha fúnebre y de un manto barroco que lo envuelve todo. Es la fiesta de la Semana Santa.
        Las cofradías disputan entre ellas si han puesto al trono una cruz de plata nueva o la virgen de su cofradía lleva un rosetón con una esmeralda nueva. "Pero como puede ser que el cristo de  tal lleva todavía aquella túnica tan antigua? No les dará verguenza." Y la virgen tal como va igual que el año pasado???" Es la locura colectiva. Hay un cristo que va prendido, con una túnica blanca de un material parecido al tul, que lleva un ventilador debajo para moverle el vestido y así darle mas vida. Hay otro que tiene un brazo articulado que bendice a la población por un mecanismo y además saca a un preso al que obligan a ir en procesión todo el recorrido.

     Pero mi tierra huele a azahar estos días y la gente quiere jarana, la gente quiere fiesta. Después de mucha lluvia y  frío ha estallado la primavera. El campo está de un verde magnífico.. Todo huele azahar al que le añaden incienso. No está mal el juego de olores. Además a la música de marcha le han añadido un ritmo alegre que parece que juega con el incieso y el olor a azahar. La fiesta está en la calle. La gente sale a la calle y se disfraza de capirotes y algunos hasta se descalzan. El ayuno obligado por la Santa Madre Iglesia está dispensado. !!Claro ...si se está sufriendo...!!! La abstinencia de carne ...hay que comprenderlo....se está sufriendo!!! Todo en mi tierra estás preparado para la fiesta. Todos los preparativos están puestos.
     Eso no es nuevo. Los tartesos, que poblaban mi tierra hace muchísimos años, en el primer plenilunio de la primavera (al que llaman ahora viernes santo), cuando la luna llena coincide con el inicio de la floración ,la fiesta era obligatoria. Había que beber el vino ya fermentado, había que comer los resultados de las matanzas, y había que divertirse. Eso es lo que ha pasado siempre en esta tierra desde que el mundo es mundo.
       Pero unos cuantos, a los que todos conocemos, llenaron esta fiesta desde su situación de auténtico privilegio, de tristeza y de duelo y de afliccion. De muerte y de tristeza. Salieron los encapuchados ( en cualquier país del mundo está claro lo que significa), y se lleno todo de angustias, perdones, suplicios, dolores, penas, sangre, coronaciones de espinas, cautivos, cruces, calvarios, etc. Tristezas y mas tristezas. Todas las tristezas del mundo posibles.  Pero esos encapuchados ya no tienen poder. Les hemos ganado la batalla y tienen actualmente, un significado de pacotilla. Ya no mandan nada. Son de auténtica pacotilla y ya, porque les hemos ganado, no hacen daño.


        Pero es de reconocer que no están mal los contrastes. Pero no está mal esa diversidad. No es malo beber y beber y que te hablen de tristezas. No es malo cantar ante tanto dolor que no te duele en realidad.
    En mi tierra se siguen la gente divertiendo en este auténtica continuidad del carnaval último. Todo unido.

Las tristezas de los que quieren imponerla y la alegría del pueblo que quiere estallar e su felicitación por la llegada de la ptimavera. En las noches de mi tierra en estos días se mezcla el azahar, el olor del incieso, el olor de las velas y la música de marcha alegre. Ellos , los de siempre, han querido darle tristeza al asunto pero no lo han conseguido. Así pués, a divertirse

Pedro Villagrán

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