Ayer se celebró
el 30 aniversario de la primera llegada de los socialistas al Gobierno Central.
Fue aquella una fecha importante. Yo estaba en un colegio electoral en
Carranque en Málaga Capital y después del recuento me fui a la sede del Partido
en Diego de Vergara. Allí, entonces, también estaba la de la
UGT. Cuando llegué, los compañeros estaban
exultantes. Cantaban y cantaban entre cervezas y más cervezas. Unos cuantos,
con el ánimo, empezaron a decir que había que ir al Gobierno Civil a
manifestarse en la puerta. Aquella idea se fue animando y cogiendo cuerpo.
Entonces, lo recuerdo como si lo estuviese viendo, Rafael Ballesteros se subió
encima de una silla del bar, rodeado de la gente apretujada alrededor. Le era difícil
empezar a hablar. Después comenzó a dar las felicitaciones a todos y a pedir
responsabilidad con el magnífico triunfo. Habló también, en el recuerdo, de los
que no estaban allí por causa de los desmanes de la derecha en tiempos pasados.
Y exigió a todos tranquilidad y sosiego en estos momentos y que no hubiera
ninguna alteración del orden. Todo el mundo se calmó, se siguieron tomando
cervezas y allí se acabó bien pronto el festejo. Yo tenía esa foto en mi casa y
no la encuentro pero la tengo en mi retina marcada como uno de los momentos más
importantes de mi vida de militante.
Y ahora que estamos
con la retahíla de algunos solicitando cambios de personas que solo llevan en
sus cargos no mas de nueve meses, y ello no les da la mínima responsabilidad en
el deterioro de nuestra Organización, habría que pensar algo fundamental e importante.
Habría que comparar aquel Partido
ganador y éste que hoy tenemos que tiene muchas derrotas encima y parece que no
sabe como alcanzar el vuelo.
Hay muchas
diferencias. Pero es evidente que aquel era un partido ideologizado
fuertemente. Era un Partido enormemente disciplinado, el color rojo era su
bandera el puño cerrado su signo de identidad. Era internacionalista y la
incompatibilidad entre las esferas orgánicas e institucionales era su norma.
Era un Partido claramente Federal y su mensaje era el mismo desde Orense a
Tarifa. Era bastante distinto en muchísimos aspectos.
Si queremos
cambiar para ganar de nuevo, cojámonos ese modelo. No perderemos el tiempo y conseguiremos
hacer un cambio verdaderamente fructífero en nuestro, hoy, débil Partido.
Pedro Villagrán
30.10.12
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