06 febrero 2011

EN MI AGRUPACIÓN LOCAL SE APOYÓ LA LISTA. Y MUY BIEN

     Cuando en aquellas guerras de renovadores y guerritas de los años ochenta  y tantos,  recuerdo que uno de los referentes que defendíamos con uñas y dientes, eran los estatutos y las normas de funcionamiento. Aquello ya pasó y después, incomprensiblemente, por parte de las sucesivas direcciones políticas, “eso de los estatutos, de los normas, de los tiempos y de las formas” se han ido, si no olvidando, no dándole  la importancia que merece. Decía Pablo Castellanos que la  desatención a las normas siempre beneficia a los poderosos y a las mayorías. Y es verdad. Cuando se ultrajan normas, siempre se benefician a los fuertes y se lesionan los intereses de los “sin voz”.
    Esa dejadez ante las normas que hace siempre que el relajo sea cada vez mayor  y que las normas sean unas simples reglas de escaso y dudoso cumplimiento no es una cuestión baladí. Es una decisión  totalmente intencionada. Pero dichas normas, en un principio, dichas reglas no son así porque si, ni por la decisión de unos sobre otros. Son normas de cumplimiento obligatorias para mantener en el Partido unos comportamientos éticos, rigurosos y firmes y así defender a las minorías frente a las minorías. Toda decisión en un Partido político serio es, ni mas ni menos, que una decisión política.
    Hoy en nuestro Partido es muy  importante,para muchos compañeros, el que no se perciba en los medios de comunicación, léase la prensa, que en nuestra Organización no hay tensiones, que entre nosotros no hay enfrentamientos y que no existen crispaciones. Parece que se intenta poner en candelero, y presumir por ello,   el tener una organización parecida en sus deliberaciones a una peña flamenca, una asociación de vecinos o una comunidad de propietarios. Yo soy de los que pienso, y siempre lo he pensado, que es bueno, enriquecedor y fructífero que haya una discrepancia interna, una discusión sana y una conclusión final, democráticamente aceptada por todos y a la que nos unimos todos. Pero no discrepancias de que tu eres de Salvador y yo de Juanito, sino de discrepancias y diferencias con criterios políticos claros y serios.
    Muchos dirigentes nuestros quieren la paz. Pero la paz completa y la paz sin grietas. Piensan en estructuras asamblearias,  pero que no exista en la Asamblea  la mas mínima discrepancia ,ni política ni orgánica, hacia su iniciativa. Pero si a este criterio de “pacis asamblearia”, se le une  un desconocimiento absoluto de las normas internas  y además  una dudosa línea socialista de comportamiento en esta materia,  sale todo hecho un pan como una torta. Creer simplemente  que porque  en una Asamblea del Partido  haya una urna, la gente tenga la posibilidad de votar y se pueda, incluso, hacer una foto, pensar que eso es democrático…eso  es mas simple que el mecanismo de un rosario. Eso es totalmente cándido . Ese acto tan bello y tan sereno, con los compañeros en la cola delante la urna , tan maravilloso… puede ser valiosísimo ,mediáticamente hablando y, a la vez, ser lejanísimo a nuestras formas, a nuestra filosofía y a nuestras normas. Puede que ese acto tan magnífico  no se haya acogido a nuestras normas que están escritas, banco sobre negro en los estatutos del Partido y, por lo tanto no tiene ninguna validez política desde el punto de vista de los socialistas.
    Y me dirás, amigo bloguero, a que viene todo este  monumental rollo. Pues viene a que no damos pie con bola en estos asuntos que deberían ser ejemplo de bien hacer y de ejemplo a la ciudadanía. Es antiestatutario y es contrario a las normas mas elementales de nuestro Partido votar en contra de un compañero o de una lista donde haya compañeros. Eso es de catón.  Pero de catón , de catón y de catón.  De catón de lo que se estudia en el catón de los catones. De cuando se dice la "pe" con la "a" pa. Ello va en contra de cualquier norma de comportamiento dentro de nuestro Partido. Pero no porque el Cielo lo quiera sino porque nosotros lo hemos querido así y sobre todo porque va en contra de nuestra propia filosofía política.
    El otro día, en mi Agrupación local, se puso a consideración de la Asamblea la lista que vamos  a presentar a las elecciones municipales. El Órgano  superior a la Ejecutiva Local (¿?) facilitó a la Agrupación local unas papeletas para quer no se equivocaran en tan complicada y dificultosa decisión. Unas papeletas  con el  “Si”, otras con el  “NO”  y otra en blanco. ¡!!Craso error!!! Solo se podía, según los estatutos votar a favor o en blanco… O abstenerse. Y si eso no se entiende es que no se  comprende en que Organización estamos. O no la entendemos, o no la comprendemos o pensamos diferente...que es muchissssssssimo mas grave.
        Ante la sorpresa general, la lista obtuvo mas votos negativos que positivos y por lo tanto , por no acogerse a los Estatutos, tuvo que repetirse, quedando, evidentemente, en entredicho la decisión soberana de la Asamblea por no haberse realizado las cosas como debieran realizarse.
        Muchos compañeros se quedaron sorprendidos. Pero nada mas lejos de la realidad el pensar que mi agrupación rechace dicha lista municipal. Podría haber sido mejor la lista. Evidentemente. Eso es obvio. Pero esa lista no fue estatutariamente rechazada. Y no lo fue porque era imposible. La lista salió de la Ejecutiva Municipal y fue apoyaa por las Agrupaciones. Porque  en mi Agrupación se está por la labor para hacer una campaña de trabajo intenso para llevar al PSOE y a María Gámez a la alcaldía de esta ciudad. A pesar de todas las equivocaciones que realizamos, unas por mala uva ( las menos) y otras porque no damos mas de si.


Pedro Villagrán 06.02.2011

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