Estamos acostumbrándonos a convivir con la violencia de género de una forma tan natural como lo hemos hecho con los accidentes de tráfico. Lo que pasa es que con éstos últimos existen una serie de factores como el alcohol, velocidad, inexperiencia etc,etc que le dan un componente mas separado de lo intrínsecamente volitivo y responsable.
Mis padres tenían los dos un carácter fuerte y los dos tenían sus opiniones y sus temperamentos bastante briosos pero nunca los vi discutir de manera airada y nunca les vi perderse el respeto. De ellos heredé la receta del respeto a la pareja con la que compartes casi todo.
Mis padres, más mi madre, tenían una pareja amiga, ella maestra compañera de mi madre, se llamaba doña Luisa, y algunas veces iba yo a su casa a estudiar con sus hijos o a visitarla con mi madre. Don Cristóbal y doña Luisa , decían la gente, se pegaban. No decía que Don Cristóbal pegaba a Doña Luisa sino que se pegaban. Y aquello era clarísimo. Doña Luisa era menudita, fina, de cara casi transparente y con una voz que le salía minimamente del cuerpo. Don Cristóbal era recio, grande, brutote y de un cuerpo parecido a un armario. Había sido militar y ahora estaba en Hacienda. Y una voz que asustaba a quien se le acercara. Estaba claro que lo que la gente hablaba era para dulcificar el asunto y mis padres , cuando hablaban de este penoso tema lo hacían con casi desprecio. Pero yo creo que se tapaba todo en un asunto de la intimidad del hogar.
Esa pareja de Don Cristóbal y doña Luisa es la única pareja que yo he visto cerca en la agresión por violencia de género. Pero me bastó para tenerle un repudio total. Yo twengo una hija. Mi hija fue educada por mí para que eso no le pasara nunca a ella. Así se lo decía yo a su madre. Introducimos en ella una sensación de respeto, de orgullo, de presunción, de suficiencia para que nunca permitiera que un tipo le pusiera la mano encima. (Yo adoro a mi hija y muchas veces pienso si me pasé en esa apreciación).Recuerdo que le exigía a ella mas que a los chicos en las notas para que fuera (como se decía) una mujer de provecho, estudiara una carrera y fuese libre. totalmente libre. Pero más que libre...autónoma. Totalmente autónoma económica y socialmente. Que no tuviera nada que aguantar a un tipo machista que la ofendiera.
El otro día estuve en el Senado en una jornada de violencia de género organizada por el Grupo socialista. Entre la asistencia mas de un centenar de mujeres. De hombres estábamos cuatro quedándose solo uno, quien ésto escribe, para el final. Se hablaba allí del problema que actualmente se plasma en nuestra sociedad.
Es una auténtica vergüenza lo que está pasando. Personalmente creo que el asunto es debido a una nueva ubicación ,con sus determinados derechos, de la mujer en nuestra sociedad y una respuesta del machismo mas absoluto ante esa demostración de derechos personales. Como la mujer hace valer sus derechos después de haber siempre consentido muchas veces sin antes haberlos hecho valer , viene una reacción machista violenta totalmente repugnante. Y si ella mantiene ese posicionamiento pues entonces viene la agresión pura y dura, ya sea psíquica o física.
Solo la denuncia inmediata y solo el no pasar el mínimo umbral de la agresión mínima poniéndole freno total a esa situación es la respuesta a dicho problema que debiera avergonzarnos.
71 víctimas son muchas, (mas que muchas…muchísimas) en un estado totalmente garantista como el nuestro. No debiera haber ninguna en una situación ideal. Esta situación actual es difícil de admitir por una sociedad mínimamente respetuosa con los derechos humanos.
Para empezar deberíamos pensar que los hombres somos una pieza fundamental en este asunto. Todavía hay tipos por ahí que ríen chistes machistas, que hacen comentarios sexistas repugnantes con el aplauso de los compañeros, y todavía hay por ahí tipos que se enorgullecen de tener una situación predominante y ventajosa sobre la mujer, la compañera o cualquiera por ser simplemente eso:mujer. Igualmente deberíamos colaborar, apoyar, alentar y defender todas las políticas que el Gobierno socialista pone y ha puesto en marcha para paliar esta situación a todas vistas impresentable.
La mujer por su lado debiera ser mas firme en los planteamientos después de la denuncia. Todos comprendemos lo que es el amor y la pareja pero ante la violencia no hay amor. Eso es así de claro.
Mi apoyo a todas las mujeres que viven ese infierno del miedo y de la agresión. Mi solidaridad ante ellas y mi respaldo a las medidas que el Gobierno socialista ha puesto en marcha para eliminar de nuestra sociedad esta lacra social.
Pedro Villagrán 19.12.2010
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