
El otro día escuché a José María Aznar en Televisión Española. Decía que había vuelto la corrupción. Hay que tener poca vergüenza y desfachatez para mirar a la cámara y decir cosas parecidas. Leo una columna del Gran Wyoming en "Público" que transcribo. No tiene desperdicio.
En efecto, el problema adquiere especial gravedad en el Partido Popular, donde afecta al secretario general, presidentes autonómicos, ex ministros, tesorero, concejales de ayuntamientos y a hasta a él mismo, que introdujo en el partido al señor Correa, cuyo sumario tiende al infinito, testigo en la boda de su hija, amigo personal de los contrayentes y actualmente en prisión.
Muchas de las fechorías que ahora conocemos ocurrieron cuando Aznar era presidente del Gobierno y no vieron la luz antes porque él mismo cerró
Al ver en la grabación que no titubea al mentir, ni siquiera cuando manifiesta sentirse orgulloso de haber ayudado a derrocar a Sadam Hussein –a pesar de que el magnicidio ilegal ya se ha cobrado casi un millón de víctimas–, uno concluye que carece de sentimiento de culpa raya en la psicopatía. Ya ni siquiera habla para la derecha: ya sólo habla para tontos que, al parecer, son legiones.
Actualmente es presidente de FAES, la fábrica de ideas de donde saldrán los cerebros que regirán nuestro destino. Voy a darme mechas".
Menos mal que en las columnas de algunos periódicos puede uno leer todavía artículos como los de Wyoming. !!!!!Enhorabuena, amigo!!!!!!
Pedro Villagrán 25.01.10
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