10 febrero 2011

AÑORANZAS DE OTROS TIEMPOS...

      Cuando uno habla de añoranzas de otros tiempos parece que se pone uno más viejo todavía, que las canas se hacen más vigentes y las arrugas mas presentes. Parece, quizás, que se habla de Agamenón o acaso de Pericles. No, no. Yo siento añoranzas de hace simplemente quince o veinte años atrás. No es tanto. No estamos hablando de generaciones diferentes, ni de etapas de la vida en la lejanía de los tiempos. En éste, mi Partido, han pasado últimamente  muchas cosas y se han comenzado a ver las cosas como cosas normales y de normales tienen bastante poco. Vemos cosas, nos sorprendemos, las asumimos y las planteamos casi como propias siendo totalmente inasumibles desde el punto de vista de la razón objetiva de un pensamiento honesto y normal.
       Ayer, en el Senado estábamos hablando una serie de compañeros de la situación del Partido. De cómo estaban las cosas. De cómo se estaban desarrollando y como se evolucionaban. Hablábamos de la función pública. De lo que es el Servicio Público. De lo que significa el servicio al Estado. Pero no desde el punto de vista del funcionariado, sino lo que es un político, un Político con mayúsculas, un político de un Partido concreto, del PSOE, y puesto en un cargo determinado a realizar una gestión determinada de servicio público para  dar desarrollo del programa electoral de ese Partido en cuestión.
   Me refería yo que esa concreta circunstancia, que esa concreta escena política es de una importancia capital. De las cosas mas importantes que le pueden a uno pasar. Mis amigos me escuchaban. Hacían silencio. (Me sorprendió el silencio).
     Decía yo que un militante(o no), que una persona comprometida con un proyecto determinado, reciba la responsabilidad de ejercer una gestión política determinada para realizar un desarrollo de un programa electoral es de una importancia realmente espléndida. Las palabras y los papeles aguantan todo lo que se pone y se coloca  encima. Todo lo que se quiera poner. Pero esas palabras, esas letras, esas ideas  para ponerlas en funcionamiento es necesario ponerlas en hombres y mujeres para su desarrollo.
      Y yo decía que eso, no tiene precio. Que  no debería estar pagado. El pago ya se realiza con el simple acto de la confianza política. Se que ello es exagerado pero me gustaría hacer ver, como ayer lo hice ante mis amigos y compañeros senadores, que hay que comer, que hay que ganar dinero para comer tu y tu familia, que hay que darse un gustito de vez en cuando…. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. No tiene precio. Solo lo barato se compra con dinero, decía aquél.
       Criticaba, y me preguntaba ante mis compañeros, con un poco de vehemencia por cierto, que un funcionario estatutario  que ha sacado su plaza por concurso oposición y  es nombrado ( no se sabe todavía porqué extraño  mérito) para ocupar un cargo de gran  importancia de gestión y termina a los años esa responsabilidad , porqué no vuelve a su puesto de trabajo primitivo. Es hasta grotesco pensar que pudiera ser  denigrante o bochornoso. Pero no es el caso. Su antiguo puesto era de relevancia igualmente en la empresa donde trabajaba.
    Pero ya lo que es el colmo de los colmos es que esa persona que no vuelve a su trabajo se le nombra Alto Directivo privado de una empresa con la que tuvo relación anterior en su función pública. Y eso, en mi criterio es una estafa. Una auténtica estafa. Un auténtico sablazo a la honestidad política.
     El dinero es el dinero. Y duele. A todos les duele. Hoy nuestro Partido intenta disminuir los emolumentos a los Diputados y a los Senadores. Y yo estoy totalmente de acuerdo. Es fundamental que se entere la ciudadanía que hay que predicar con el ejemplo. Y puede ser que tenga razón.
     Pero la ciudadanía también debe de saber que un Diputado español cobra muchísimo menos que uno de Croacia, de Rumania o de Polonia. No digamos de Alemania, de Francia o del Reino Unido. Es decir que estoy totalmente de acuerdo en meter la tijera pero…!!!Cuidado!!! no deberíamos hacer de la política un hacer solo para los ricos, para los de alta capacidad adquisitiva. Ello sería terrible. Luego solo no es meter tijera sino saber meter tijera . Y en esa labor el Partido debería controlar los asuntos de gestión, de relaciones privado- público, los acuerdos muchas veces, si no opacos, casi opaquillos. Pero el problema es si el Partido, en este galimatías institucional en el que se encuentra inmerso tiene la capacidad de usar en condiciones esa tijera. Yo creo que no.
    Pero seguramente debo de estar equivocado. Debo de estar patinando en estos asuntos en los que yo discutía con mis compañeros, alrededor de aquella mesa. Me miraban de una forma…Con simpatía, con cariño, con afecto, hasta con reconocimiento político… pero el que estaba frente a mí( por cierto con unos ojos como dice mi mujer de dos puñaladas en un tomate por  los rasgados y chicos que los tiene) miraba  al que tenía a su lado y pensaba ¡!!UF!!!…este patina, Antonio, este patina...



Pedro Villagrán 10. Febrero 2011

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